Ando de vacaciones, aperreada cual perro vagabundo, sin hacer más que ver pelis, series, escuchar música y ponerme creativa de vez en cuando. He vuelto de mi "vacaciones" en mi humilde casita de campo. ¿Problema de la casa? Bichos, bichos, bichos y más bichos. ¿Y cuál es el bicho más asqueroso de la historia de los bichos? La araña. Bicho asqueroso de ocho asquerosas patas con un asqueroso cuerpo y una asquerosa presencia. Por si no queda claro, las odio. Creo que ya había hablado antes de mis fobias. O puede que no (?) Bueno, en ese caso, si no me he aburrido de escribir lo que os voy a contar ahora, haré un pequeño resumen de mis fobias. Y si veo que me da más pereza que ir a la panadería a por una baguette, entonces lo dejaré para la próxima entrada. ¿Okey makey? Bueno sigo.
Total que hay una parte de la casa que odio con todas mis fuerzas. Mentira, hay dos sitios que odio con todas mis fuerzas. No, miento de nuevo. Hay TRES sitios de la casa que odio con todas mis fuerzas.
Primero; la habitación de mis padres, que era dónde solía dormir yo hasta que... hasta que... Allá voy.
-Resulta que yo solía dormir con mis padres; ellos en la de matrimonio y yo en una pequeña al lado. Bueno, pues por si no lo sabéis soy más miope que Rompetechos y suelo quitarme las gafas y dejarlas en el comedor para irme a dormir. ¿Extraña costumbre? Nunca lo sabremos. Total que iba hacia mi cama muerta de sueño cuando comencé a pensar en una de mis paranoias paranoicas de la muerte. Esto fue lo que pensé "literalmente": "Jeje, ¿te imaginas que abro las sábanas y me encuentro una araña?" Pues si antes lo digo, antes se cumple. Efectivamente, cuando abrí las sábanas había una criatura infernal esperándome con una sonrisa en su boca fétida. ¿Las arañas sonríen? Eso es algo que tampoco sabremos nunca.
En conclusión; no he vuelto a dormir en esa maldita habitación hasta ahora.
Segundo; el garaje.
-Nunca me han hecho demasiada gracia los garajes, excepto esos típicos garajes americanos decorados con posters y chorradas adolescentes de banda adolescente. Pues en este caso, el garaje no es un garaje adolescente. Es más bien un garaje de techo bajo, con trastos, trastos y más trastos. Pues nunca me había fijado en la cantidad de patilargas hijas de Fliflá que hay en el techo. Pues uno de esos días en los que me adentré en la penumbra del garaje a por algún trasto, levanté la cabeza y... allí estaba ella. Esperando algo que nunca sabremos. Sentí un escalofrío escalofriante desde la nuca hasta la planta de los pies. Comencé a agacharme en el suelo y me fui de allí lo más rápido que pude a cuclillas. ¿Divertido, verdad?
En conclusión; si puedo evitar entrar en el garaje, lo evito con todas mis fuerzas y obligo a mis primos pequeños a entrar a por lo que haya que coger. Ventajas de ser la mayor. Jé.
Tercero; el cuarto de la leña y las cosas para la piscina.
-Lugar sombrío, frío y desconfiado, dónde se encuentran las criaturas más desagradables que el ser humano haya visto jamás. Bueno, ya sabéis qué clase de criaturas se hallan ahí dentro. Y como ya empiezo a sentir escalofríos en las piernas y los brazos, voy a dejar el temita arácnidos hasta la próxima entrada.
Por lo demás, me he quedado más negra que Naomi Campbell, he adelgazado de tanta piscina y bebo al menos tres litros de agua diarios. No sé si ya lo dije pero me he sacado la teórica. Ue, ue, ue. Y ahora tengo que comenzar las prácticas el mes que viene. Wish me luck.
No bailéis con lobos en luna llena, pequeños miserables. A los lobos no les va mucho eso de bailar, la verdad.
Live Long and Prospere!
Canción del día: Gloria - Mando Diao.
Bye-Bee!