domingo, 9 de septiembre de 2012

Prozac can make it better

Saludos pequeños miserables!

Domingo querido, domingo de paz. Pues no. Mis vecinos están celebrando el cumpleaños de su nieta que por lo que tengo entendido no tiene ni tres años. Pero claro, es una tradición y hay que celebrarla. Y yo, lo entiendo. Por lo visto yo tengo que entenderlo todo pero nadie me entiende a mi. Tengo que entender que es fin de año, que es un partido de fútbol muy importante, que es San Juan, que es Navidad, que es un cumpleaños. Pero cuando yo quiero hacer alguna maratón de pelis o ponerme a jugar a la Play hasta que los ojos se me salgan de las órbitas, tengo que hacerlo en silencio porque los vecinos duermen.

Pero bueno, no voy a ponerme en plan cabreo porque sino la parte dos de la reseña del concierto de Green Day va a ser depresiva. Así que en palabras de Finn el humano: "Empatía, empatía; ponte en mi lugar cada dia".

Y eso es lo que quiero que hagas en este preciso instante; quiero que os pongáis en mi lugar. Imaginaos que lleváis casi veinticuatro horas en una cola infernal bajo el sol de la Toscana barcelonina, que lleváis quince horas viendo el mismo aburrido paisaje en el que no pasan coches, ni motos, ni nadie, que habéis llevado un montón de juegos, comida y chorradas para que se haga más ameno y de puro aburrimiento no habéis jugado ni una sola vez al UNO. Y ahora, de repente, te das cuenta de que falta menos de una hora para que las puertas se abran y tengas que correr, correr, correr para ver a tu grupo favorito.

Entonces mi colega Queen me propone algo; se agarra la bandera de Green Day al cinturón y ata el otro extremo a mi muñeca, para no perdernos. Bien, se abren las puertas...

Doy mi entrada, me arrancan un extremo y corro, corro, corro, corro, corro. Bajo las escaleras que ni se me ven los pies, como el Correcaminos. Queen me pide que vaya más despacio pero no puedo, no puedo. Corro hasta llegar a la parte de abajo que está prácticamente vacía. Estamos al final de todo y hay que llegar al principio. Comenzamos a correr y cada diez metros, personal de seguridad nos dice que vayamos tranquilas, que hay sitio para todos. Así que pillamos el turbo, paramos, pillamos el turbo, paramos... hasta el centro del Palau. Porque es el centro cuando le dicen a Queen que no puede llevar la bandera. Queen tira la bandera y a mi no me dicen nada de mi pancarta. Pillamos el turbo, paramos, pillamos el turbo, paramos. Entonces llegamos y hay exactamente un espacio de DOS personas en el centro del escenario. Y nos metemos ahí. ¡PRIMERA FILA! Comenzamos a chillar y a reírnos como si fuéramos dementes (y lo somos).

Volvemos a esperar (a los teloneros encima. Para Green Day aun queda un rato). Entonces se medio apagan las luces y salen: Prima Donna. Un grupo que entre el humo, el sudor, la histeria del momento y la miopía te parece el grupo más increíble del mundo, con el cantante más guapo del mundo (que luego dices Mother of God). Llevaba un abrigo largo de piel de tigre (o leopardo, no recuerdo muy bien), pelo negro liso y con su guitarrita. Y hace esa cosa rara con las piernas que mientras toca, baja las rodillas hasta dar con el suelo. Yo estaba tan flipada que no me creía que existiera esa magnífica técnica ninja. Ahora me doy cuenta que Steven Tyler lo hace en todos sus conciertos. Bueno, llega un momento que el cantante (nunca sabremos su nombre), se baja del escenario y se acerca a nosotros. Nos abraza a todos y Queen consigue darle un beso en la mejilla. Nos sentimos las personas más guays del mundo (si llega a ser el Billie ahora mismo yo no existiría, me habría dado un ataque al corazón).

Bueno, ¡fuera ya los teloneros, leñe! Entonces se apagan las luces, suena Song of the Century, todo el mundo la canta (En esta parte os recomendaría que, si no conocéis mucho las canciones o a la banda, escucharais un poco las canciones para pillarlo todo. Si queréis claro, vamos que no lo vais a hacer, lo sé). Entonces fuegos artificiales y... ¡SALE ÉL! Lo miro, pero no puedo reaccionar. Me quedo parada y siento que me voy a desmayar. Entonces pienso esto en décimas de segundo: "Has estado esperando tres años a esto. Ahora no te vas a desmayar, por tu madre". Así que me agarro a la valla y me pongo a chillar, a cantar, a reir, a llorar. Suena 21st Century Breakdown, siento que me muero y entonces noto algo peor que morirse... punzadas en los omoplatos. Miro a mi lado y veo que una chica de atrás lleva una muñequera con pinchos de cinco centímetros.

-Perdona, ¿podrías quitarte la muñequera? Es que me estás matando de dolor. -le pido.

-Ah, si. Tranquila. Voy a darle por c... a otro. -y se cambia la muñequera y se la pone en la otra mano.

Sigue el concierto; Know your enemy, East Jesus Nowhere (Aquí Billie sacó a un niño pequeño regordete llamado Federido. Fede, te queremos), Holiday, The Static Age y... Are we the waiting que la enganchan con St Jimmy como siempre. Pues resulta que nos os he contado que mientras esperábamos a que comenzase todo, entablé "amistad" con una chica que tenía al lado que llevaba un gorro de bufón (por si sonaba King for a day) y ¡lo más importante! una cámara de fotos. Le pedí que cuando acabase el concierto me diese su messenger (sí, ¿recordáis a messenger) Él no se olvida de vosotros) para pasarme las fotos. Bueno, pues en Are we the waiting, Billie dice: ¡Alguien del público!, ¿quién quiere salir?

Comienzo a saltar, a patalear, a chillar su nombre. ¿Y qué hace Billie? Pasando el dedo por delante de nosotros, se para en mí y cambia el dedo a la chica de al lado. ¡A LA NIÑATA DE AL LADO! La señala y sonríe como diciendo: Sí, sí, tú. Sube. Comienzo a gritar que ha habido un error, que me había dicho a mí, pero nadie me hizo ni caso. Cuando sacan a la chica de al lado en plan máquinita de salón recreativo la agarro por los pies y sigo gritando. Al final la suelto. No quiero que me denuncie por haberle arrancado las piernas.

No quiero hablar de la niña esa que me pongo de mala leche. Boulevard of broken dreams, Hitchin' a ride, Welcome to paradise, At the library... En el proceso de estas canciones sucedió algo digno de mención. Había un chaval, flaco y feo (todo hay que decirlo), que tuvieron que llevárselo porque se estaba mareando. Vale, pasan tres minutos y me lo vuelvo a encontrar al lado. Y vuelve a decir que se lo lleven porque se está mareando, y se lo vuelven a llevar. Y otra vez. A la tercera el chico empieza a griarle a uno de los gorilas:

-¡Sácame de aquí, que me muero! - Y el gorila ni caso-¡Sácame que me muero, por Dios!
-¡Que no, que yo no te saco más! Es la tercera vez que te saco y vuelves aquí. Por mi te mueres ahí.

El chico chillando: ¡QUE ME MUERO, QUE ME MUERO! Así que todo el mundo empieza a decir a coro: ¡QUE SE ESTÁ MURIENDO, QUE SE ESTÁ MURIENDO!

Al final, una servidora tuvo que sacar su don de gentes (y mala leche) para que se lo llevaran. Agarré al gorila por el cuello y le dije:

-¡Te lo llevas de aquí ahora mismo que me está dando el concierto!

Al final se lo llevó. Vítores para mí. El chico feo y flaco no volvió. Entonces... suenan los acordes que más felices me hacen cuando los escucho; When I Come Around. Mi canción favorita, la que más me emociona, la que me llega al alma... Queen empieza a chillarme: ¡Es tu canción! ¡Tu canción! ¡TU CANCIÓOOON! Y yo llorando. No sigo que ya se me saltan las lágrimas.

Siguieron con un cover de Iron Man, Jaded y... Longview. ¿Qué pasó? Billie sacó a una fan que Queen conocía. Y va la muy -------------------------------------------------------------------------------- y le planta un beso en lo morros a Billie. Todos nos quedamos en silencio, a punto de asesinar a la chica. Entonces Billie se limpia la boca con la manga y todos chillamos. La chavala cantó la canción (si a eso se le puede llamar cantar, encima ni se sabía la letra. Si el spanglish es macarrónico, imagínate cuando no te sabes la letra).

Chillé el nombre de Billie más de doscientas veces aquella noche y llegó un momento que Queen se giró y mirándome con los ojos en llamas me suelta: ¡Me estás dejando sorda! ¿Te quieres callar?
¿Mi contestación? Fácil y sencilla: No, ¡BILLIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!

Basket Case, She, King for a day, Shout, Breaking on through (to the other side), Sweet emotion y el I Can't get no de los Stones como covers finales.

21 Guns; creo que fue la actuación más bonita, sobre todo porque todos participamos de una manera increíble, todos nos emocionamos, chillamos y lloramos (más).
American Eulogy; creo que aquí fue cuando se disfrazaron (a su manera). Mike el mejor de gatito. (Uf, me muero ahora solo de recordarlo).

Entonces... American Idiot. No es de mis canciones favoritas, nunca lo ha sido, pero en directo la cosa cambia. Billie separó el mogollón de gente en mitad de la canción para hacer una olla espectacular, hubo una bronca que Billie calmó: Everything's ok, guys?

Y Minority. Felicidad, felicidad, felicidad. Discurso algo político por parte de Billie, como suele hacer cuando canta esta canción.

Llegamos al final: Good Riddance (time of your life). No conocedores de la banda Green Day, sabes que siempre que Billie aparece solo con una guitarra significa que va a cantar dicha canción y que el concierto se acaba. Todo el mundo se queda en silencio cuando un foco enfoca únicamente a Billie en la pasarela, a dos metros de mí. Entonces yo grito: ¡NOOOOOO! Billie lo oye, se ríe y se encoje de hombros, como diciendo "no hay más remedio, hay que acabar".

Canta, cantamos, chilla, chillamos... Lloro, canto y entonces... siento la peor sensación del mundo. Nada cursi, os lo aseguro. Siento un líquido caliente en mi espalda. Comienzo a abrir los ojos pensando: ¿Es lo que yo creo que es? Me digo que no, pero sé que si. "Es zumo de manzana hasta que acabe el concierto, es zumo de manzana hasta que acabe el concierto".

¿Quién no lleva zumo de manzana a un concierto y lo echa en la espalda de los demás? El concierto acaba, se despiden, lloro y chillo que no se vaya. Pero se va. Entonces recuerdo que no he sacado la pancarta. La dejo ahí, ya la recogerán; (a lo mejor Billie me llama, nunca se sabe). Y llorando nos vamos a casa, a por una merecida ducha. El concierto más inusual de mi vida. No volverá a repetirse, lo sé. No habrá ninguno como ese. Pero quiero que vuelvan, necesito volver a verlos. Ya queda poco; 16 días y sale ¡UNO! Comenzaré ya la cuenta regresiva, jeje.

Lo dejo por hoy, pequeños miserables. Sé que a partir de ahora veréis el zumo de manzana con otros ojos.

Live Long and Prospere!

Song of the day: White Room - Eric Clapton

Bye-Bee.

PD. Para todos los que no me crean tengo esto. Al lado de la pierna derecha de Billie estoy yo. ¡PLOP!




viernes, 7 de septiembre de 2012

Barcelona make some noise!

Saludos pequeños miserables!

Mucho que contar, no quiero agobiar con textos muy largos así que voy a ir por partes.

En primer lugar: ¡Hola! ¿Qué tal? Soy hisGreeneyes y este es mi mundo. Un mundo lleno de tartas de chocolate, ponis rosas y unicornios dorados, café latte, Monsters High, palomitas de mantequilla, Nestea, chicles Neon Fú, zombies majos (y no tan majos), videojuegos y Green Day. Sobre todo mucho Green Day.

No sé si ayer os levantaisteis a las dos y media de la mañana para ver los VMA's que francamente fueron una caca podrida (excepto por quienes ya sabéis). La verdad es que la actuación de Green Day no fue de las mejores que se vieron, pero tienen una personalidad tan distinta a la de los demás, que fue suficiente para derretirme cual cucurucho a 40º.

Bueno, lo prometido es deuda así que pasaré a relataros el concierto de Green Day del uno de Octubre de 2009 en el Palau St Jordi de Barcelona. WHOS READY!!!!???

Mi colega Queen y yo eramos las únicas de mi "grupo" de colegas (si se le puede llamar grupo a ESO), a las que le molaba Green Day. A mí más que a nadie, eso está más que claro. Total que el día anterior Queen y yo fuimos a una tienda de mi cutre-pueblo que venden merchandising de bandas, guitarras, bajos, ectecé. Y compramos unos ocho colgantes de púa de Green Day. ¿El objetivo? Venderlas en la cola. Bueno, eso dijimos, hacerlo ya fue otro tema que luego saldrá.

Total, cuando llegamos a casa nos pusimos a ver Bullet in a Bible, que para quien no lo sepa es el concierto más conocido de Green Day que hizo en 2005 en la gira American Idiot en el Milton Keynes de Londres. Lo vimos y nos fuimos al sobre porque a las cuatro de la mañana nos iríamos para el Palau. Debo decir que esa semana apenas dormí diez horas en siete días, así que imaginaos la noche anterior al concierto de mi vida. Pues no dormí nah de nah y a las tres de la mañana ya me estaba vistiendo. A las cuatro y media llegamos al recinto que estaba cerrado y ya había gente en sacos de dormir. Total, mi madre que es muy maja, valiente y buena madre (todo hay que decirlo), nos acompañó en nuestra aventura (podría decirse que la cola la guardó ella más que nosotras, y eso que ella no iba al concierto). Bueno, pues mi madre se llevó un par de mantas, porque a las cuatro de la mañana en octubre frío hace. Pero es tan maja que no se llevó unas mantas normales, con un aburrido color o con un estampado a lo Ikea. No, hombre no, ella tenía que destacar. ¿Y qué mejor manera que llevando las mantas de Disney de cuando yo era un bebé que se hacía caca encima y ni siquiera dormía en la cama? Pues nada, ella muy digna en la valla del Palau con su manta de Mickey en una nube y Pluto con un hueso, mirando a los demás con una sonrisa marchosa. ¿Lo mejor? La gente alejándose con miedo de ella. En aquel momento pensé "Dios... qué vergüenza", claro que en aquel momento tenía quince años y era una estúpida. Ahora casi que no. Ahora digo; ¡Olé! Tú sí que eres autentica.

Total, a las ocho de la mañana se abren las puertas, y ya nos ves a las tres Marías (la mierda, la caca y la porquería) cogiendo todas las mochilas, las sillas, las mantas y corriendo hasta las colas (porque encima la cola era doble; una en un extremo y otra en otro). Pues cuando llegamos a la cola más cercana, ya habían al menos treinta personas delante. Cuando miramos la otra cola, no había NADIE. Así que ya veis a mi colega Queen dejándolo todo en el suelo y corriendo hacia la otra cola diciendo: ¡ESPERA QUE TE LLAME! Así que a los diez minutos estábamos en la otra cola, las segundas. Te quiero, Queen. 

Sigamos. El día pasó lento, muuuuuy lento. Aburridamente lento. Un asco, vamos. Dábamos pequeños paseos, íbamos al lavabo (que no estaba lo que se dice "limpio") y volvíamos a la cola. Bien, habíamos quedado en que mi padre vendría a por mi madre y a llevarse las cosas a las seis de la tarde y traería las pancartas chachis que habíamos hecho Queen y yo meses antes. En la mía ponía "KISS ME BILLIE" y mi número de teléfono detrás (yo siempre digo que nunca se sabe...) y Queen había puesto... Dios no me acuerdo. Algo así como "BJ, I WANT YOUR GUITAR". Total, que cuando mi padre trajo las pancartas estaba la mía y... ¡tacháaaan! Una pancarta en blanco. Efectivamente, mi padre se había equivocado de cartulina. Menos mal que Queen se había comprado una de esas mantas, banderas raras de American Idiot el día anterior. Bueno, a la hora de abrirse las puertas nos escribimos groupie-cutre-mensajes en los brazos y en la cara y yo me puse las lentillas. Queen dijo que no, que era demasiado incómodo. Inocente... Ya lo entenderéis.

Faltaban 45 minutos para que las puertas se abrieran. Y esos minutos los pasé con el dolor de estómago más fuerte de mi vida. En serio, creía que me moría y no podría ver a mi Billie Joe. Entonces pasó algo que hizo que me olvidase de todos mis males. Resulta que mientras estábamos fuera podíamos escucharlos ensayar y probar los instrumentos, tanto a ellos como a los teloneros. Entonces un gracioso va y suelta: ¡MIRAD, MIRAD! ¡ES BILLIE, ES BILLIE!

¿Consecuencia? Una chica con la que habíamos estado hablando de pelo verde y el nombre de Billie escrito en extremidades y cara se desmayó. Bueno, no se desmayó; comenzaron a entrarle convulsiones chungas y se la tuvieron que llevar en ambulancia. Pobre chica, nunca sabré su nombre y nunca vio a Billie. Entonces... se abrieron las puertas.

Y hasta aquí puedo leer hoy. Mañana; el concierto. ¿No ha estado mal, no?

Nos os clavéis astillas en la cara para pareceros a vuestros padres, pequeños miserables. Para eso está la cirugía estética.

Live Long and Prospere!

Song of the day: Pinball Wizzard - The Who

Bye-Bee.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Indie hipstah flow.

Saludos pequeños miserables!

Me encuentro con el estomago echo una batidora de nervios. ¿Motivo? Mi marido, esposo y amante en la salud y en la enfermedad, está enfermito. Le duele el estomago y lo han hospitalizado. El médico le ha  recomendado que pase la noche en el hospital y tiene un concierto esta noche. Sufro. Sufro mucho. ¿Por qué él? ¿No podría ser cualquier otro cantante, de cualquier otra banda, en cualquier otro país, de cualquier otro mundo? No, tiene que ser él. Mi santo esposo. Total, que tengo que coger el avión en media hora así que aprovecho y os escribo un poco. Pero necesito evadirme del temita que tan en el que tan angustiada me hallo, así que voy a contar lo que se me pase por la cabeza.

Estoy viendo Tabatha, te necesito. Me encanta esa mujer, me encanta su carácter y me encanta su manera de trabajar y poner a todo el mundo a ralla. Es la reina. Tiene cara de "como te mueras te mato" y ese tipo de cara me vuelve toh loca. (Como ahora mismo habéis podido ver).

Creo que estoy volviendo a mis raíces hardrockers. A ver, no tan a saco como antes (no en plan escucharlo todo el día, y menos viciarme a muchas bandas screamo ectecé), pero a fin de cuentas vuelvo a Avenged Sevenfold, Breaking Benjamin o System of a down. ¿Muy bien, no?

Vale, acabo de enterarme de que oficialmente Green Day ha cancelado el concierto de esta noche en Bologna. No diré que me alegro, pero me alegro. Creo que Billie está francamente agotado y hacer un concierto un día tras otro sin parar no le ayuda para nada. Así que espero que descanse mucho que cuando llegue yo, lo voy a matar a besos. Of, sufro.

Por cierto, hoy ha salido el videoclip the Kill the DJ (versión censurada, bleh), pero algo es algo. La verdad es que el vídeo mola bastante más que Oh Love, aunque tampoco me encanta lo que se dice amor amor amor. No, yo me quedo con Walking Contradiction que es más de mi rollo. Pero bueno, no voy a negar que Billie está ahora pa'comérselo. Es que... madre mía, qué preciosidad de hombre.

Vale, y me he dado cuenta que me duele el estomago. ¡Como a mi Billie! Es el destino, ¿lo véis? Mi niño y yo estamos unidos en una especie de conexión perfecta. Ahora solo falta que me vea (otra vez), se enamore de mí. Ahora que lo pienso, ¿nunca os he contado mi aventura en el concierto de Green Day? Oy qué tooonta. Tomo nota. Mañana (o pasado, o en la próxima entrada), sus explico las aventuras macabras de hisGreeneyes y mi colega Queen (no, no es la reencarnación de Freddie Mercury).

Creo que os molará, aunque lo mas divertido es verme representar todo lo que viví. Pero como ese es un privilegio que vosotros no os podéis permitir, apechugáis, leéis y escenificáis en vuestra bipolar mente.

Por lo demás, creo que ya he divagado suficiente por hoy. Así que mañana ya veré cómo resumo (si es que se puede resumir) el concierto más increíble de mi vida. Ay que lloro.


No os afiléis los colmillos demasiado, pequeños miserables. Luego me venís llorando con que os clavan estacas.

Live Long and Prospere!

Canción del día: Kill the DJ - Green Day (cojo ya el avión. Como dicen en el Street Fighter: Destination Italy).

Bye-Bee.