Saludos pequeños miserables!
La vida me sonríe desde que invertí en bolsa el año pasado. Mis negocios prosperan día a día con un éxito abrumador que ni el Hundargarín ese. Vale, vale, era broma. No me flageléis que no es para tanto.
La verdad es que llevo unas vacaciones bastante relajantes... tal vez demasiado. Pero esta noche ha sido verdaderamente infernal. Porque si hay un sólo adjetivo que describe absolutamente mi personalidad, ese adjetivo es: Hipocondríaca. Efectivamente, soy una hipocondríaca paranoica de las narices. Y la que más se fastidias es una servidora eh, no penséis que arruino la vida de nadie con mis pensamientos macabros. Bueno... la verdad es que si que machaco a alguien, a mi querida madre la cual se ha pasado desde las seis de la mañana a las siete y media aguantando mis paranoicas ideas mientras yo sentía que mi corazoncito se me salía por la boca.
¿El motivo de mi estupidez? El Treball de Recerca. Porque me pongo de los nervios al pensar, pensar, repensar y pensar lo repensado. He llegado a pensar que jamás volvería a contraer el sueño por mis preocupaciones. -Cabe destacar que a las ocho de la mañana estaba más frita que los chipirones del bar de la esquina-
Bueno, bueno, bueno, ya estoy mejor. ¡No os preocupéis por mí! (No si ya sé que no lo hacíais).
Cambiemos de tema. Odio la Navidad. Bueno, no odio la Navidad, odio a la gente que lo celebra. Bueno vale, en realidad odio la Navidad, la gente que lo celebra y todos sus congéneres. Porque no hay fecha más falsa, más estúpida y más empalagosa que la Navidad. Menos mal que ya ha pasado. Menuda nochecita me han dado los vecinos hijos de perra.
¡Venga, un brindis!
¡Feliz Navidad!
¡Venga otro brindis!
¡Oyyyy, que se nos ha caído el champán en todo el mantel!
¡Venga, brindemos por ello!
¡Ay no que ya estoy borracha!
¡Brindo por ello!
Sólo puedo deciros lo siguiente:
M-O-R-Í-O-S
Y ahora fin de año... Ay señor llévame pronto... Os vais a enterar si me dais la nochecita de nuevo. ¡Sus vais a defecar! JÁ!
Cuidadín con las uvas, pequeños miserables. Las uvas las carga el diablo!
Live Long and Prospere!
S.O.T.D. Howlin' for you - The Black Keys
Bye-Bee!
viernes, 30 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
My Pet is Dead
Saludos pequeños miserables!
Acabo de llegar -bueno, hace un par de horitas- de mi segundo hogar. No, no es la casa de mi abuela ni es la de mi mejor amigo ni porras. Es Ikea. Ikea = el meu lloc al món.
Cuando pienso en la idea de ir a dar un voltio por allí, la primera sensación es que se me revuelven las tripas hasta decir basta al pensar en la caminata que me voy a pegar para terminar comprando: NADA.
Pero claro, luego piensas: la recompensa es un frankfurt asqueroso más industrial que la sociedad del siglo XIX y te emocionas. Porque cuando estás muerto de hambre, cansado a más no poder y tienes un euro en el pantalón desde hace tres semanas, te das cuenta de lo delicioso que puede estar esa cosa envuelta en plástico comestible. Y allí estaba yo con mi colegui, comiendo Frankfurts asquerosos y pensando en la manía que tienen de no poner sillas ni limpiar las mesas sin sillas. Porque hay algunas que llevan tanto tiempo sin limpiarse que como te des cuenta te quedas pegado en la porquería. ¡Qué ajjjco por Dió!
Después de comer -porque llenar la barriga es lo primordial- hemos dado la vuelta del siglo. Siempre que camino por allí y llego a la parte de los complementos me pregunto lo siguiente: ¿Cuántos kilómetros me habré recorrido en todas las veces que vengo a este condenado lugar?
La verdad no sé si quiero saberlo. Me gusta la sensación de incertidumbre, la misma sensación al no saber la nota de Historia...
También pienso algo cuando llego a la zona de baños, wc y tal: ¿Te imaginas si te da un apretón? ¿Dónde vas? Te ves rodeada de lavabos pero ninguno es para descargarte. Y si le preguntas al encargado cateto lleno de acné, que su experiencia en la vida ha sido trabajar en McDonalds, y te indica con el dedo: "Allí". Miras ese "allí" y ves más lavabos. ¿Cuál es el verdadero maldita sea? ¡¿Cuáaaal?! Total que terminas aguantando el tipo pensando por dentro "Venga, que tu puedes" y llegas a casa a punto de explotar como una bomba de relojería. ¿Chachi, cierto?
Lo cierto es que en Ikea no todo es malo. También tiene sus partes guachis. A mi me pierde la zona de niños, con sus camas raras, sus cubre camas de estrella o de hoja (que son los mismos desde hace diez años) y los peluches anodinos. Bueno, hoy me he enamorado de dos peluches: Una zanahoria y un brócoli. ¡Eran geniales! Me recordaban a los de Hora de Aventuras, Finn el chico humano y Jake su precioso perro.
He estado a esto -ademán de medio juntar el pulgar con el índice- de comprarme el de zanahoria. ¡Estaba por siete euros! OFERTÓOOON. Bah, voy a dejar de pensar en eso porque al no comprármelo ahora me deprimo. Snif, snif...
Pero tengo otra queja: ¿No sería posible que hubiera una manera mejor de llegar hasta el dichoso Ikea? Porque el rollo ferrocarriles y bus es aborrecible. Me mareo en bus y no sé utilizar los ferrocarriles. ¡Un tren, por favor! ¡Un tren es lo que necesitamos! No hay nada más cómodo y menos mareante que un tren (excepto cuando va a petar y no puedes ni mover la cabeza).
Otra queja antes de que se me olvide: Se habían acabado los rollitos de salmón... Voy a terminar poniendo una queja que no servirá de nada porque nadie la leerá, irá al buzón de las cosas que no se leen y yo esperaré impaciente una carta que jamás llegará porque está en el buzón de cosas que no se leen y nadie la habrá leído porque estará en el buzón de cosas que no se leen y yo esperaré una carta que jamás llegará porque estará en el buzón de cosas que no se leen y... ¡Buuufff! ¿Me estoy repitiendo o son cosas mías?
Haceos la tarjeta family de Ikea, pequeños miserables. ¡Descuentan cuatro euros menos en según que cosas! Aunque para lo que yo compro... tsé!
Live Long and Prospere!
S.O.T.D. Yeh yeh! - Matt Bianco.
Bye-Bee!
Acabo de llegar -bueno, hace un par de horitas- de mi segundo hogar. No, no es la casa de mi abuela ni es la de mi mejor amigo ni porras. Es Ikea. Ikea = el meu lloc al món.
Cuando pienso en la idea de ir a dar un voltio por allí, la primera sensación es que se me revuelven las tripas hasta decir basta al pensar en la caminata que me voy a pegar para terminar comprando: NADA.
Pero claro, luego piensas: la recompensa es un frankfurt asqueroso más industrial que la sociedad del siglo XIX y te emocionas. Porque cuando estás muerto de hambre, cansado a más no poder y tienes un euro en el pantalón desde hace tres semanas, te das cuenta de lo delicioso que puede estar esa cosa envuelta en plástico comestible. Y allí estaba yo con mi colegui, comiendo Frankfurts asquerosos y pensando en la manía que tienen de no poner sillas ni limpiar las mesas sin sillas. Porque hay algunas que llevan tanto tiempo sin limpiarse que como te des cuenta te quedas pegado en la porquería. ¡Qué ajjjco por Dió!
Después de comer -porque llenar la barriga es lo primordial- hemos dado la vuelta del siglo. Siempre que camino por allí y llego a la parte de los complementos me pregunto lo siguiente: ¿Cuántos kilómetros me habré recorrido en todas las veces que vengo a este condenado lugar?
La verdad no sé si quiero saberlo. Me gusta la sensación de incertidumbre, la misma sensación al no saber la nota de Historia...
También pienso algo cuando llego a la zona de baños, wc y tal: ¿Te imaginas si te da un apretón? ¿Dónde vas? Te ves rodeada de lavabos pero ninguno es para descargarte. Y si le preguntas al encargado cateto lleno de acné, que su experiencia en la vida ha sido trabajar en McDonalds, y te indica con el dedo: "Allí". Miras ese "allí" y ves más lavabos. ¿Cuál es el verdadero maldita sea? ¡¿Cuáaaal?! Total que terminas aguantando el tipo pensando por dentro "Venga, que tu puedes" y llegas a casa a punto de explotar como una bomba de relojería. ¿Chachi, cierto?
Lo cierto es que en Ikea no todo es malo. También tiene sus partes guachis. A mi me pierde la zona de niños, con sus camas raras, sus cubre camas de estrella o de hoja (que son los mismos desde hace diez años) y los peluches anodinos. Bueno, hoy me he enamorado de dos peluches: Una zanahoria y un brócoli. ¡Eran geniales! Me recordaban a los de Hora de Aventuras, Finn el chico humano y Jake su precioso perro.
He estado a esto -ademán de medio juntar el pulgar con el índice- de comprarme el de zanahoria. ¡Estaba por siete euros! OFERTÓOOON. Bah, voy a dejar de pensar en eso porque al no comprármelo ahora me deprimo. Snif, snif...
Pero tengo otra queja: ¿No sería posible que hubiera una manera mejor de llegar hasta el dichoso Ikea? Porque el rollo ferrocarriles y bus es aborrecible. Me mareo en bus y no sé utilizar los ferrocarriles. ¡Un tren, por favor! ¡Un tren es lo que necesitamos! No hay nada más cómodo y menos mareante que un tren (excepto cuando va a petar y no puedes ni mover la cabeza).
Otra queja antes de que se me olvide: Se habían acabado los rollitos de salmón... Voy a terminar poniendo una queja que no servirá de nada porque nadie la leerá, irá al buzón de las cosas que no se leen y yo esperaré impaciente una carta que jamás llegará porque está en el buzón de cosas que no se leen y nadie la habrá leído porque estará en el buzón de cosas que no se leen y yo esperaré una carta que jamás llegará porque estará en el buzón de cosas que no se leen y... ¡Buuufff! ¿Me estoy repitiendo o son cosas mías?
Haceos la tarjeta family de Ikea, pequeños miserables. ¡Descuentan cuatro euros menos en según que cosas! Aunque para lo que yo compro... tsé!
Live Long and Prospere!
S.O.T.D. Yeh yeh! - Matt Bianco.
Bye-Bee!
lunes, 19 de diciembre de 2011
First of all.
Saludos pequeños miserables!
¿Sabéis? El último día varios estudiantes se acercan a mi a decirme, me dicen: Director Mazzour, ¿qué podemos hacer para aprovechar las vacaciones? No queremos pasarnos todo el día durmiendo.
Bueeeeeeno, se nota que lo que acabo de soltar no es mío, ¿cierto? Nah, lo que pasa es que estoy enviciada a mi película favorita de cuando era peque (y no tan peque, of course). Goofy e Hijo.
Madre mía, la verdad es que no puedo parar de verla, de escuchar las canciones ectecé. Me pierde, esa es la expresión correcta.
Total, cambiando de tema: estoy de los nervios. Me ha dado un bajón de tensión interesante y no he podido ir a clase -¡vaya por Dios!- y ahora tengo una sensación rarísima. He llegado a una de mis interesantes conclusiones sherlockholmescas: estrés del instituto. Llevo unas semanas estúpidas de exámenes diarios y no he tenido tiempo ni siquiera de reflexionar en los capítulos de The Walking Dead. No soltaré spoilers para los que la siguien desde La Sexta, pero... granero granerito, si te abres yo vomito. (Dios, que rima más estúpida).
Luego como tengo una capacidad de almacenaje mental cada vez más reducida, me olvido de mis planes, o de que quedo con gente y luego me llevo la sorpresa de mi vida cuando he hecho planes a la misma hora el mismo día. Es lo que tiene ser famosa, que estoy muy solicitada.
Cambiando de tema así porque si, estoy poniéndome de los nervios mientras escucho al Rajoy hablar en las noticias. No, no es por su acento -que de estresante ya tiene lo suyo- sino porque ahora con el rollo de que quiere ponerle un año más al bachillerato, es para asesinarlo tirandole un elefante encima. (Sit Angus, ¡Sit!)
Y por eso ahora estoy de los nervios x3000. Porque encima de que mi bachillerato es el último en este insti, ahora resulta de que quieren poner un año más. ¿A dónde nos vamos nosotros, entonces? No pienso irme a uno lleno de canis, chonis y seres desconocidos por los frikis. Demasiado tengo con el mío que ya me he acostumbrado y le he cogido cariño.
Así que nanai de la China. Un año más y exploto. Necesito cambiar de aires cada dos años, no estresarme con la gente, no odiar el camino al instituto y no odiar más aun al instituto. Por eso os digo: ¡NO AL TERCER AÑO! A ver si voy a terminar saliendo con un máster y lo voy a terminar agradeciendo... ¡no! ¡Eso es imposible! Esto es España.
Sin más dilación y antes de que se me acabe la batería del portátil, me despido mientras mis queridos padres ven Frank de la jungla. ¡Ese hombre es el rey del mundo! A ver si mañana me desestreso, me voy al Ikea a despejarme y comprarme una cubitera nueva y luego me voy a ver a mi santa abuela, la reina del rock.
Jugad al Cluedo solos y os daréis cuenta de vuestra patética existencia, pequeños miserables! Os sumergiréis en otro mundo y no podréis salir. Como yo en juego de tronos, btw.
Live Long and Prospere!
S.O.T.D. Dirty Harry - Gorillaz (Gourrilas - pronunciado por ZeeBee)
Visitad nuestro blog pequeños miserables! Zumo de Zombie FTW!
Bye-Bee!
¿Sabéis? El último día varios estudiantes se acercan a mi a decirme, me dicen: Director Mazzour, ¿qué podemos hacer para aprovechar las vacaciones? No queremos pasarnos todo el día durmiendo.
Bueeeeeeno, se nota que lo que acabo de soltar no es mío, ¿cierto? Nah, lo que pasa es que estoy enviciada a mi película favorita de cuando era peque (y no tan peque, of course). Goofy e Hijo.
Madre mía, la verdad es que no puedo parar de verla, de escuchar las canciones ectecé. Me pierde, esa es la expresión correcta.
Total, cambiando de tema: estoy de los nervios. Me ha dado un bajón de tensión interesante y no he podido ir a clase -¡vaya por Dios!- y ahora tengo una sensación rarísima. He llegado a una de mis interesantes conclusiones sherlockholmescas: estrés del instituto. Llevo unas semanas estúpidas de exámenes diarios y no he tenido tiempo ni siquiera de reflexionar en los capítulos de The Walking Dead. No soltaré spoilers para los que la siguien desde La Sexta, pero... granero granerito, si te abres yo vomito. (Dios, que rima más estúpida).
Luego como tengo una capacidad de almacenaje mental cada vez más reducida, me olvido de mis planes, o de que quedo con gente y luego me llevo la sorpresa de mi vida cuando he hecho planes a la misma hora el mismo día. Es lo que tiene ser famosa, que estoy muy solicitada.
Cambiando de tema así porque si, estoy poniéndome de los nervios mientras escucho al Rajoy hablar en las noticias. No, no es por su acento -que de estresante ya tiene lo suyo- sino porque ahora con el rollo de que quiere ponerle un año más al bachillerato, es para asesinarlo tirandole un elefante encima. (Sit Angus, ¡Sit!)
Y por eso ahora estoy de los nervios x3000. Porque encima de que mi bachillerato es el último en este insti, ahora resulta de que quieren poner un año más. ¿A dónde nos vamos nosotros, entonces? No pienso irme a uno lleno de canis, chonis y seres desconocidos por los frikis. Demasiado tengo con el mío que ya me he acostumbrado y le he cogido cariño.
Así que nanai de la China. Un año más y exploto. Necesito cambiar de aires cada dos años, no estresarme con la gente, no odiar el camino al instituto y no odiar más aun al instituto. Por eso os digo: ¡NO AL TERCER AÑO! A ver si voy a terminar saliendo con un máster y lo voy a terminar agradeciendo... ¡no! ¡Eso es imposible! Esto es España.
Sin más dilación y antes de que se me acabe la batería del portátil, me despido mientras mis queridos padres ven Frank de la jungla. ¡Ese hombre es el rey del mundo! A ver si mañana me desestreso, me voy al Ikea a despejarme y comprarme una cubitera nueva y luego me voy a ver a mi santa abuela, la reina del rock.
Jugad al Cluedo solos y os daréis cuenta de vuestra patética existencia, pequeños miserables! Os sumergiréis en otro mundo y no podréis salir. Como yo en juego de tronos, btw.
Live Long and Prospere!
S.O.T.D. Dirty Harry - Gorillaz (Gourrilas - pronunciado por ZeeBee)
Visitad nuestro blog pequeños miserables! Zumo de Zombie FTW!
Bye-Bee!
sábado, 10 de diciembre de 2011
Waku-Waka Eh, eh! Porque esto es una tortura.
Saludos pequeños miserables!
Os escribo mientras los mocos nublan mis sentidos y embotan mis pensamientos más interesantes. Me he resfriado y no sé ni cuándo. Solo sé que tengo la nariz como un reno de esos de Santa Claus (Eh niños! No exiiiste! JA-JA-JA) y que me está agobiando cosa mala el partido del Baça contra el Madrid.
Odio el fútbol. Lo odio, lo rechazo, lo margino y lo vuelvo a odiar. Odio el fanatismo de la gente, odio los petardos que explotan los vecinos culés para picar a los del Madrid. Odio a los comentaristas, odio el color verde moco del césped, odio la cara de los jugadores en primer plano y odio mi padre y mi colega que ahora mismo lo están viendo como si su vida estuviera en juego. Pero si hay algo que odio más que todas estas cosas tan odiosas, es a la gente que está entre el Facebook y la TV. Y sólo existe una palabra para ellos; CANSINOS. Cansinos y más que cansinos, megacansinos. O estás por una cosa o por la otra. Ala, gol ahora mismo. Del Barça, por cierto. Voy a ver Facebook.
Ummmm! Tiempo récord! Os superáis cada vez más. Llevamos 15 estados de Facebook en menos de treinta segundos y tres culé-petardos. Ñáh...
Cada vez que pasan cosas de estas me pregunto qué narices tiene este maldito deporte para fanáticos que despierta tanta pasión. ¿Qué tiene el Barça contra el Madrid? Así sólo consiguen que haya más rivalidad fuera del campo deportivo. Luego vas a Madrid y te miran mal por ser de Barcelona. Ahora, vienes de Castilla y León y "¡Bienvenido paisano!". Y yo me cabreo porque la gente es así y yo no puedo hacer nada para remediarlo. ¿Pero es que acaso el futbol os da de comer? ¿Recibís alguna cosa a cambio de verlo más que el placer de regodearte por una victoria que ni siquiera has hecho tú contra los contrarios? ¿Cómo puedes decir "hemos jugado muy bien" cuando tal vez en tu vida hayas tocado una pelota o hayas pisado un estadio? ArrrrGGGGGGGGG! Éste tema me saca de mis casillas... Anda, Casillas! ¿Ése no es del fútbol?
Y claro cuando suelto alguna de esas paridas, veo como millones de ojos se clavan en mí como si hubiera dicho un ultraje o hubiera insultado a la madre de alguno. Y cuando la gente se junta y comienzan a elevar el tono de voz, unos contra otros, discusiones sin sentido sabiendo que no vas a convencer al otro de nada porque el otro no te va a convencer a ti. Pero tu sigues, ¡Ahí, ahí! Como un machote (o machota, que aquí las nenas también se vuelven loquitas por los jugadores que parecen canis recién salidos del Base). Y se restriegan los errores de hace cincuenta años mientras los otros hacen lo mismo con tu equipo. ¡Tu equipo! ¡Cómo si lo hubieras comprado en el Monopoly! Yo siempre soy la ficha del coche o la típica ficha negra. Tal vez en éste tema también sea una oveja negra... La verdad es que no me importa. Me siento orgullosa de no ser como el 99'99% de los españoles que se gastan más dinero en camisetas de su equipo, en escribir estados del Facebook tales como: GOOOOL!! MESSSIII!! O BOJAAAAAAAN!! La verdad es que mi conocimiento futbolero no llega a más. Sólo puedo reconocer que me siento sutilmente atraída por los rizos de Pujol y su cara de "me'perdío".
GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL de nuevo! Deeel.... Barça! Dejadlo ya, en serio. Si se emplease el tiempo y la euforia del fútbol en ayudar en las tareas de casa, alguna recompensa caería. Tal vez... alguna entrada para ir a ver al Extremadura contra Pallars Jussà.
Buen sábado, pequeños miserables! Al menos los treinta y tres minutos que quedan de éste.
Live Long and Prospere!
S.O.T.D. Baby Jane - Rod Stewart
Bye-Bee!
Os escribo mientras los mocos nublan mis sentidos y embotan mis pensamientos más interesantes. Me he resfriado y no sé ni cuándo. Solo sé que tengo la nariz como un reno de esos de Santa Claus (Eh niños! No exiiiste! JA-JA-JA) y que me está agobiando cosa mala el partido del Baça contra el Madrid.
Odio el fútbol. Lo odio, lo rechazo, lo margino y lo vuelvo a odiar. Odio el fanatismo de la gente, odio los petardos que explotan los vecinos culés para picar a los del Madrid. Odio a los comentaristas, odio el color verde moco del césped, odio la cara de los jugadores en primer plano y odio mi padre y mi colega que ahora mismo lo están viendo como si su vida estuviera en juego. Pero si hay algo que odio más que todas estas cosas tan odiosas, es a la gente que está entre el Facebook y la TV. Y sólo existe una palabra para ellos; CANSINOS. Cansinos y más que cansinos, megacansinos. O estás por una cosa o por la otra. Ala, gol ahora mismo. Del Barça, por cierto. Voy a ver Facebook.
Ummmm! Tiempo récord! Os superáis cada vez más. Llevamos 15 estados de Facebook en menos de treinta segundos y tres culé-petardos. Ñáh...
Cada vez que pasan cosas de estas me pregunto qué narices tiene este maldito deporte para fanáticos que despierta tanta pasión. ¿Qué tiene el Barça contra el Madrid? Así sólo consiguen que haya más rivalidad fuera del campo deportivo. Luego vas a Madrid y te miran mal por ser de Barcelona. Ahora, vienes de Castilla y León y "¡Bienvenido paisano!". Y yo me cabreo porque la gente es así y yo no puedo hacer nada para remediarlo. ¿Pero es que acaso el futbol os da de comer? ¿Recibís alguna cosa a cambio de verlo más que el placer de regodearte por una victoria que ni siquiera has hecho tú contra los contrarios? ¿Cómo puedes decir "hemos jugado muy bien" cuando tal vez en tu vida hayas tocado una pelota o hayas pisado un estadio? ArrrrGGGGGGGGG! Éste tema me saca de mis casillas... Anda, Casillas! ¿Ése no es del fútbol?
Y claro cuando suelto alguna de esas paridas, veo como millones de ojos se clavan en mí como si hubiera dicho un ultraje o hubiera insultado a la madre de alguno. Y cuando la gente se junta y comienzan a elevar el tono de voz, unos contra otros, discusiones sin sentido sabiendo que no vas a convencer al otro de nada porque el otro no te va a convencer a ti. Pero tu sigues, ¡Ahí, ahí! Como un machote (o machota, que aquí las nenas también se vuelven loquitas por los jugadores que parecen canis recién salidos del Base). Y se restriegan los errores de hace cincuenta años mientras los otros hacen lo mismo con tu equipo. ¡Tu equipo! ¡Cómo si lo hubieras comprado en el Monopoly! Yo siempre soy la ficha del coche o la típica ficha negra. Tal vez en éste tema también sea una oveja negra... La verdad es que no me importa. Me siento orgullosa de no ser como el 99'99% de los españoles que se gastan más dinero en camisetas de su equipo, en escribir estados del Facebook tales como: GOOOOL!! MESSSIII!! O BOJAAAAAAAN!! La verdad es que mi conocimiento futbolero no llega a más. Sólo puedo reconocer que me siento sutilmente atraída por los rizos de Pujol y su cara de "me'perdío".
GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL de nuevo! Deeel.... Barça! Dejadlo ya, en serio. Si se emplease el tiempo y la euforia del fútbol en ayudar en las tareas de casa, alguna recompensa caería. Tal vez... alguna entrada para ir a ver al Extremadura contra Pallars Jussà.
Buen sábado, pequeños miserables! Al menos los treinta y tres minutos que quedan de éste.
Live Long and Prospere!
S.O.T.D. Baby Jane - Rod Stewart
Bye-Bee!
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