viernes, 30 de septiembre de 2011

I want to be on TV

Saludos pequeños miserables!
Llevo varios días preguntándome si esta congestión estúpida seguida de mocos y estornudos es debia a una maldita y nueva alergia o más bien a algún catarro asqueroso. Tal vez se me haya ido la olla yendo poco abrigada por la mañana y haya cogido frío. Pero me da rabia cogerme una chaqueta para ir cómoda veinte minutos, meterme en el tren y quitármela, para luego volver a salir a la calle y volver a ponérmela. Si no hago eso, mal. Porque si me la dejo puesta en el tren comienzo a sudar y no ha valido de nada haberme duchado y echado desodorante AXE de chocolate el cual adoro con todo mi ser, para luego largárme corriendo porque casi se me olvida ponerme mi preciosa colonia de Carmen Sevilla. Sí, la mujer será insoportable, tendrá el cuello tan estirado que se podría toca el solo de Through the fire and flames de Dragonforce que ni el grandioso Herman Li. Pero mola la colonia. Y aunque jamás me pagarán por la publicidad que les voy a hacer pero tengo que decirlo; Mis Ovejitas de Carmen Sevilla es la colonia más chupi guay chachi de la muerte del mundo mundial y parte de las Islas Caimán.

Después de toda la sarna de chorradas que acabo de decir (más que nada para rellenar un poquico) continúo con lo que he comenzado; mi resfriado-alergia-catarro asqueroso. Llevo un rollo de papel del water y medio y tengo la nariz más pelada que un guiri tomando el sol en Honolulu.

Y encima como no estoy en mi santa casa, mi amada madriguera, mi adorada pocilga... no puedo quitarme las dichosas lentillas  y siento como se derriten lentamente en mis pupilas casi lechosas como un yayo zombie. Así que escribo viendo como una especie de telita de araña va creciendo lentamene por mis párpados. La pregunta es, ¿me quedaré ciega, pequeños miserables?

Espero que no porque aun tengo muchas cosas y proyectos interesantes que hacer en mi desdichada vida. Por ejemplo, ir a un pase de The Rocky Horror Picture Show, viajar a Japón, conocer a Quentin Taratino, grabar una escena gore con Eli Roth y casarme con Billie Joe. No con Eladio, con Billie Joe el auténtico. Un sinfín de actividades interesantísimas que a nadie más le interesan. De momento, continúo liada con escribir entradas que causen furor y tal vez algún día, Santiago Segura me lea y me contrate aunque solo sea para servirle el café.

Después de todo, creo que voy a dejar de escribir antes de quedarme completamente invidente y me voy a beber una copita de Lambrusco que mi querida family me ha servido.

No os emborrachéis aunque sea finde, pequeños miserables! El alcohol es un enemigo como Cole McGrath y Alden, como Star Wars y Star Trek, como Silvester y Piolín, cómo... bueno dejémoslo.

Live Long and Prospere!

Canción del día: Fire with Fire de los Scissors Sisters.

Bye-Bee!

lunes, 26 de septiembre de 2011

Things I do for you

Saludos pequeños miserables!

Reconozco que hacía más de dos años que no iba a una boda y comenzaba a echarlo de menos. Bueno, la verdad es que  lo echaba de menos hasta que llegó la boda. Porque me he dado cuenta de que las detesto. Ninguna en especial sino a todas en conjunto. Siempre es lo mismo, como una tradición generación tras generación. Primero en el juzgado o el ayuntamiento, y la novia siempre tarda. Luego al banquete. A comer aperitivos que te inflan hasta vomitar, sobre todo a las yayas glotonas egoístas que te miran mal si coges la última croqueta de jamón. Y tu mientras, te sientes como una ladrona de croquetas de jamón y una rompe corazones de yayas. Luego, ¡a comer! En realidad es la parte que más me gusta porque comes comida rica y te sientes tan pija como en Pretty Woman. Lo malo es cuando olvidan tu nombre en la lista de mesas y te quedas mirando a todo el mundo con cara de "¿¡Por qué yo!?" A ver, no culpo a los novios porque entiendo que están ajetreados e histéricos y no sepan si han puesto a la pobre hija de sus amigos con la que no han intercambiado más de cuatro frases en toda su vida. Pero el momento de angustia chunga lo pasó una servidora. Oops! Sí, se me escapó, me pasó en esta última boda. Y opté por sentarme con mis padres. ¿El motivo? Me tenía que sentar con los jóvenes y la verdad es que aborrezco esa zona. Porque conoces a dos que ya son "befes" y pasan de ti y los demás hablan entre ellos y tu eres el Forever Alone del bodorrio.

Luego viene la tarta y te imaginas una especie de pastel de cuatrocientos pisos cubierta de chocolate y nata, una fuente de fresas y frambuesas cayendo desde arriba y unos muñecos de los novios que cantan y bailan. Además de un valle encantado al lado de la tarta donde se está bañando un cisne rosa comestible.

Y cuando ves que es un simple y vulgar massini que encima no es ni de dos plantas sino que está dividido en diferentes tartas con dos muñecos de trapo y cartón pluma, entonces sientes que te derrites en el suelo y tu sueño del pastel con cisne rosa comestible se rompe en mil pedazos. Terminas comiéndote el massini con cara de cachorro abandonado acompañado de un café solo amargo hasta rabiar.

Cuando toca bailar... ¡Ah! Esa parte si que es genial. El vals de los novios, con la típica canción de Lucie Silvas, tan romántica, tan especial, tan impersonal, tan pegajosa... Y luego todos comienzan a bailar, que si Paquito el Chocolatero, No rompas más mi pobre corazón (jamás aprenderé a bailarla), Pasodoble, Follow de leader, La Macarena... Y si tienes un padre que le gusta más la disco que a un Cowboy una vaca, entonces apaga y vámonos. Porque será el último en abandonar la pista y bailará hasta quedarse sin pies. Y tu te quedas con las abuelas porque los zapatos te duelen a rabiar y tu madre pasa de ti como si no te conociera.

Adoro la bodas... cuando terminan. No cuando comienzan, ni en medio y mucho menos si fuera una boda gitana de tres días. Por eso lo dejo claro: yo me caso en Las Vegas disfrazada de Marilyn Monroe y él de Elvis Presley. Nosotros solos y nada más que solos. Y esa será una boda legendaria.

Os invito a que os coléis en las bodas y comáis gratis, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

Canción del día: Downbound Train de Bruce Springsteen.

Bye-Bee!

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Not my day

Saludos pequeños miserables!

La razón básica de mi ausencia durante una larga semana en mi querido santuario del blog es simple: quería enriquecer mis entradas con cosas interesantes para poder quejarme e ir en contra de lo que vulgarmente conocemos como "sociedad". Llevo apenas una semana y media yendo a clase y ya necesito descanso y paz. Descanso y paz para escribir tranquilamente, escuchar música tranquilamente y vivir tranquilamente. Pero como eso no va a ser posible hasta que cumpla los sesenta años, pues apechugo y escribo lo que me va sucediendo.

De momento llevamos una semana y ya han faltado dos profesores. Ni primero ni segundo, aquí no se ponen las pilas ni los que cobran. Comenzar el día miércoles con una doble dosis de historia del arte para luego rematarte con historia de España es lo que yo llamaría un "atentado contra el cerebro estudiantil". Y si encima después del recreo tienes que quedarte callado con las luces apagadas viendo un improvisado Power Point que ni la profesora tiene idea de lo que trata, ya me dirás tu como puedo llegar a casa.

Pero si hay algo que verdaderamente acaba conmigo y con mi desgraciado escaso sentido de la cordura, es mi profesor de catalán. Un buen tío, al menos no parece una tía, pero bizco. Y no, no lo digo por burlarme de él ni mucho menos. Al contrario, valoro que el caballero se atreva a meterse en una jaula de adolescentes que encuentran graciosísimo y divino de la muerte, tanto como para salir en Just for Laughs, que se te caiga la tiza al suelo. Mi preocupación más estresante es cuando comienza a explicar algo y se va moviendo por la clase, porque no sé si me está mirando a mí, a mi compañera o al de la otra punta. Por eso tienes que estar en guardia. "Vigila tu espalda". Bueno, supongo que me iré acostumbrando a eso, aunque ahora mismo tenga cara de estreñida cada vez que me mira o gira la cabeza cada vez que se dirige hacia la zona de la clase donde me siento.

¡Ahora que me acuerdo! Debo expresar mi máxima indignación hacia la profesora de Historia del Arte que nos ha hecho comprar el dichoso libro y ahora dice que no lo vamos a utilizar. Doy detalles: Libro de más de 300 páginas, tapa dura ¡y! valorado en cincuenta euros. ¿Cómo narices no voy a estar indignada? ¡¿Sabéis la de cosas que puedo comprarme en el Salón del Manga con cincuenta euros?! ¡¿Sabéis cuantos vinilos y cd's puedo comprar con esa pasta?! Así que aquí estamos, luchando porque nos devuelvan nuestro dinero al más puro estilo Revolución Industrial (Séh, se nota que estamos aprendiendo de eso en historia ¿verdad?)

Pero no estoy haciendo nada malo, solo quiero que se me devuelva lo que me corresponde legítimamente. Es mi pasta, es mi herencia, son mis caprichos. Y si no soy la niña más caprichosa de Arkansas City, debo ser una de las primeras en el Top 10. No es mi culpa; soy hija única y consentida en consecuencia. Y mis padres son felices consintiéndome. Y yo más feliz que ellos aun ¿Eh, eh, eh?

Dicho lo cual me despido a golpe de teclado con determinación y alevosía (¿O era premeditación y alevosía?) ¡Qué importa! I am the Nerd Machine.

Disfrutad de lo que queda de semana, pequeños miserables! Yo intentaré no asesinar a el profesorado de mi instituto.

Live Long and Prospere!

Canción del día: Malagueña Salerosa de Chingón.

Bye-Bee!

domingo, 11 de septiembre de 2011

Where's the show?

Saludos pequeños miserables!

Los nervios colapsan mi cuerpo y mis sentidos al pensar en el día que será mañana. Efectivamente, lunes. Pero a parte de ser un lunes, no es un lunes odioso cualquiera. Es EL lunes. El día que comenzará todo de nuevo, como  si fuera una película de el Planeta de los Simios. Porque los alumnos-simios deben volver a sus tareas. Y la tarea de esta humilde escritora de blogs empedernida tiene que volver a levantarse a las seis y media de la mañana, vestirse sonámbula, alisarse el pelo, ponerse las lentillas (bueno, si estoy muy muy muy, lo que se dice muy vaga tiro de gafas) desayunar viendo el Teletienda e irse a pillar el tren, el cual estará repleto de seres rutinarios, con los mismos aburridos trajes y las mismas cansadas y vacías miradas como si hubiesen salido todos de la misma fábrica de Mattel. Parecen zombis la mayoría, porque ni se dan cuenta de tu presencia aunque te hayan pasado por encima con sus zapatos de mercadillo o te hayan clavado el bolso hasta las entrañas. Solo se dan cuenta de que existes cuando estás delante de la puerta de salida de la parada que a ellos les interesa. Para eso sí, para insultarte, mirarte mal y decir: ¡Qué maleducados son los jóvenes de hoy en día! Para eso sí que están pendientes e interesados. Ahora, cuando ellos te lo hagan a tí, ¡Un respeto, hombre! ¡Qué maleducados somos los jóvenes de hoy en día!

Pues debo decir que eso es mentira, y más que mentira, un bulo como una casa de campo en los Alpes austriacos en plena segunda Guerra Mundial. Porque los adolescentes, cuando vamos solos, somos invisibles. Queremos estar solos y nadie se da cuenta de nuestra presencia aunque estornudemos once veces seguidas. Porque no nos interesa que nos digan nada, ni que una mujer que no tiene ni cinco años más que yo me pida mi asiento porque está cansada. ¡Leñe! ¡Yo también, nena! Y sin tan cansada estás, no lleves a trabajar esos zapatos que parecen más de gogó de discoteca que de oficinista o ayudante de la ayudante de la secretaria del ayudante del director, ¿no?

Debo reconocer, que cuando vamos en grupo la cosa cambia. Sí, lo reconozco. Pero no todos somos tan ruidosos como los niñatos que se suben en Plaza España y se creen muy cools por ello. Y comienzan a hablar en voces, a montar jaleo y a explicar sus interesantes e instructivas vidas a sus colegas y a medio vagón. Sí, ya sabéis, cuando hablan de con cuántas tías se enrollaron el pasado finde o de cuántos tíos le tocaron el culo y le invitaron a un cubata en la discoteca cutre de su pueblo en solamente una noche de fiesta. Y cuando se ponen así y tu subes el volumen de tu iPod al máximo con tal de no llegar a la fase "borrachera absoluta" y te concentras al máximo en el libro que tienes delante de tí, es cuando más te enteras de lo que no te quieres enterar. Entonces se bajan en la siguiente parada y tu sonríes con alivio mientras de das cuenta de que tu iPod estaba apagado.

Tal vez a vosotros no os haya pasado nunca, pero como aquí la que escribe cosas es la menda y a la menda le han pasado aventuras por doquier en los trenes y el metro, pues cree que le pasa a todo el mundo. Matrimonios de abuelos que juntos tienen más años que la Pedrera que te preguntan cuatro veces si para en Catalunya, cuando ¡Señores! ¡Se han subido en Catalunya!
O chicos calvos borrachos que se te acercan y te dicen que les suenas y no paran de mirarte diciendo: ¡Sonia! ¡Paquita! ¡Raquel! ¡Bárbara!

NO, NO, NO, NO, NO Y NO!

Mañana es un día fatídico para las masas de estudiantes. Y fatídico para esta pobre miserable que tiene que soportar una horda de zombis de camino a su estupendo bachillerato. Menos mal que no lo tengo que soportar sola.

Buen desahogo pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

Canción del día: Chick Habit by April March

Bye-Bee!


Fighting en el nuevo cole, Teresica rica! Fighting!

viernes, 2 de septiembre de 2011

I was walking with a ghost

Saludos pequeños miserables!

Me encantaría decir que estos días en los que me he ausentado y no he podido desahogarme a base de palabras más enrevesadas que el pelo de Tina Turner en Simply the Best han sido porque he estado disfrutando de lo que queda del verano. Pues no, la verdad es que no. A ver, disfrutar he disfrutado. Lo que pasa es que mi manera de disfrutar no es la misma que la mayoría de los muchachos de mi edad. Ellos van a la playa a que les piquen las medusas y a freirse más que un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor de Madrid. En cambio, yo prefiero quedarme en casa de una amiga a inflarnos de ver animes hasta morir de desesperación. Ellos prefieren irse de botellón, discotecas ectecé y yo prefiero irme a pescar por la noche. Eh, para eso sí que mola la playa. Bueno, en fin, que me apetece más quedarme jugando a matar zombies en la Play gracias al maravilloso amor de mis amores virtuales favorito, John Marston de Read Dead Redemption junto con una ración doble de melocotón bien fresquito que estar en compañía de entes de dudoso raciocinio. Y así podría pasarme el día entero, sintiéndome más cómoda entre zombies que lo único que quieren en zamparse hasta mis dientes que con personas que no soporto y que piensan que me caen bien. No soy falsa, ese es el problema. Y cuando estoy incómoda u aburrida, se me nota muchísimo. Porque a mí no me va lo de irme a un Centro Comercial y entrar en las tiendas de ropa, cogerme ropa que jamás me pondría, meterme en el vestidor y hacerme fotos con dicha ropa. No estoy en contra de las y los que lo hacen, pero yo no lo haría. Y he tenido que sentarme muchas veces en el banquillo esperando a que salieran de su increíble sesión de fotos profesional jugando a Doodle Jump. Y yo, para eso, no salgo. Soy casera, se me nota. Sí señor, soy casera.


Cambiando de tema porque ya no hay más que añadir al respecto, hoy quería hablaros de mi pequeña miserable favorita, o al menos la que más me insiste y me alaba cada vez que publico una entrada nueva. Se llama Tere. Bueno, no se llama así en la realidad, pero yo la llamo Teresica rica y ella me llama Maru. Lleva conmigo desde los siete años, cuando llegó nueva a clase y todas la odiaban porque se hizo novia del "guaperas" de la clase. Guaperas para ellas, porque a mi el niño me daba cien mil patadas en el hígado y otras cien mil en los riñones. Vamos, que no era lo que se dice mi tipo. Cuando se hicieron novios, fui la única niña que se juntó con ella y con su amado maromo para pasar la hora del patio y el comedor juntos. Porque a mí no me importaba y a ellos tampoco. Lo que yo no me imaginaba, es que Tere se acordaría de aquello, porque yo no lo recordaba hasta que ella me lo dijo. Supongo que las buenas acciones siempre quedan grabadas en la mente ¿no? Y las malas quedan grabadas a fuego lento en un horno de panadería profesional.

Tere es una de las personas que más he querido, quiero y querré hasta que un delfín se plante en mi camino y me diga que es ella reencarnada. Bueno, no creo en la reencarnación, pero es un decir. Es buena persona, da unos consejos increíbles, nunca se enfada por mucho que le haga la puñeta quince veces al día horas extra escolares a parte y tiene unos gustos geniales. Lo sé, es tan friki com yo. Pero sabe estar en su sitio y parecer de todo menos friki cuando tiene que ser. Si hay algo que me molesta de ella y me molesta mucho, es cuando no confía en sí misma y muestra lo poco que se quiere. Eso me repatea el hígado y los riñones x5.

 No me molesta, aunque a veces la estrangularía, pero es tremendamente despistada. Más que yo, que ya es decir. Perder la T10, robarle el bolso con la Game Boy, el iPod y la cartera o dejarse absolutamente todos los libros en casa y no traerse más que una libreta y un porta minas. Así es ella, así es mi Teresica.

¿Que a qué viene lo de Tere y Maru? La respuesta se llama emoono.com, un chat cutre para emos (principalmente de Sud América) en el cual nos pasábamos todas las horas de periodismo y TR. Incluso creamos una cuenta de correo electrónico propia para todos nuestros "amiguitos" de dicho chat. ¿Era maruytereforever@hotmail.com? Ni me acuerdo, porque no entramos ni siquiera una maldita vez.

Te voy a echar de menos este curso mi querida Teresica. Te voy a echar un montón de menos. A tí, a nuestras canciones de camino a la estación, nuestro "Shut up bitch, I'm tryin' to talk!", nuestras discusiones con ya sabes tu quien sobre la verdadera pronunciación de Sasuke  y muchas otras cosas. Lo dicho, te quiero un montón.

Basta ya de sentimentalismos leñe!

Live Long an Prospere, pequeños miserables!

Pregunta: ¿Por qué Bunbury, en sus principios con Héros del Silencio me parece una imitación española cutre de Axl Rose?

Que conste que me encanta Héroes y más aun Bunbury, en simplemente mi perspicaz mente que no puede estarse quieta ni un solo instante.

Bye-Bee!

Canción del día: Llueve sobre mojado - Joaquín Sabina y Fito Páez. Por tí.