lunes, 29 de agosto de 2011

Fake it!

Saludos pequeños miserables!

Os escribo desde mi querida habitación en la que no suelo aparecer nada más que para dormir. Normalmente suelo estar en la sala o en la habitación de mis padres para chinchar un rato. Pero hoy he decidido encerrarme en la habitación para escribiros algo deleitoso o al menos con poco sentido común como de costumbre.

Estoy observando mi guitarrita eléctrica preciosa a la cual llamé FroGG desde el momento en que la compré. ¿Por qué? Eso jamás lo sabréis, básicamente porque no lo sé ni yo. Podía haberse llamado Uva de Almendra y hubiese seguido sin saber el motivo. El caso, es que llevo tiempo sin tocarla y me siento mal. La tengo abandonadita a la pobre y siempre que me pongo a tocarla, sucede algo que me hace volver a colgarla y ponerme con la tarea. Por ejemplo, un nuevo capítulo de Bob Esponja en Nickelodeon o un nuevo caso de Chuck en Calle 13. También siento impotencia porque mi tío me regaló un precioso pedal nuevo y aun no entiendo como funciona porque perdí el manual. Sí, lo sé, mea culpa. Pero ya estoy arrepentida. ¡De verdad! ¡Quiero mi manual! En fin, que siempre hay algo que me agua el plan y no me alegro de ello, la verdad.

Cambiando de tema, odio los autobuses. De verdad, los odio a muerte, desde la primera vez que me subí a uno y me mareé más que subida en el Dragon Khan diez veces seguidas. Y es que la culpa la tiene simple y llanamente el maldito conductor o conductora (cada vez se ven más mujeres al volante de estos vehículos y eso me parece estupendo) del autobús. Hijo/a mía de mi vida entera ¿No eres consciente de que no llevas un Porsche 911 si no un monstruo con más de veinte personas dentro con el estomago tan revuelto como el potaje de mi abuela? ¿No eres consciente de que tomas las curvas como si estuvieras en el circuito Nascar pero con un vehículo el triple de pesado? ¿No eres consciente de que cuando frenas bruscamente, el potito que se está comiendo el niño que tengo enfrente acaba incrustado en mi gaznate? ¿No eres consciente de las abuelitas encogidas y jorobadas que me clavan en la espalda sus arrugadas manos y sus perfectamente pintadas y afiladas uñas cada vez que tú agarras la rotonda como si fuera una barra de streaptease?

Por eso odio los autobuses, por eso y por muchas otras cosas que ahora mismo no recuerdo porque ya estoy con urticaria solo de pensarlo. Tampoco me gusta el metro, sobre todo cuando se llena y los turistas te pegan patadas con esas pedazo de maletas Samsonite para que les dejes un espacio que no existe. El olor, el calor y el ambiente del metro tampoco me gustan. Supongo que tener algo de Claustrofobia no ayuda ¿verdad? Además, no se si os pasa, pero cuando cojo la Línea 3 en Sants me da la sensación de que se me va a caer el techo encima cuando paso por delante del cantante de Country cutre del pasillo. Cuando su voz ronca y estática resuena por todo el condenado lugar y siento que me vibran hasta las puntas abiertas del pelo, ahí siento que ha llegado el fin. Nunca sucede nada y yo me alegro de ello, pero sé que siempre me pasará lo mismo. Tal vez la solución sea cargarse al cantante de Country ¿no creéis pequeños miserables?

Live Long and Prospere!

Canción del día: Remedy de Seether (Una pasada de banda! La recomiendo encarecidamente!)

Bye-Bee!

domingo, 28 de agosto de 2011

Celebration

Saludos pequeños miserables!

Me pregunto cada día cuántas personas realmente leerán lo que escribo y no me dicen nada. No creo que haya de qué avergonzarse, si escribo cosas frikis para la gente, no tienen que tener miedo de ser frikis. Ser friki no es malo porque si no yo no tendría una mente ingeniosa como la que afortunadamente poseo. Por eso, si alguien lee mi blog y aun no me lo ha notificado, decídmelo porque me haría una ilusión bárbara no vivir en la ignorancia.

Mientras escribo voy actualizando la música de mi MP3 o MP4, la verdad no tengo ni idea de la diferencia. ¿Se escucha la música? Entonces perfecto, no necesito más. La verdad, es que en móvil tengo cantidad de juegos y siempre termino escuchando música o jugando a Doodle Jump. Maldito juego viciante. Voy batiendo récords cada día y me siento tremendamente orgullosa de mis hazañas como jugadora Doodler profesional. En fin, que tengo cantidad de juego, incluso me compré el Assasin's Creed para el móvil, y solo voy por la parte dos. También tengo el 3 en raya, pero siempre me gana la dichosa maquinita así que me resigno y paso de jugar. Qué más, qué más... ¡Ah, sí! Tengo un juego de la Lara Croft super mega chachi de la muerte pero tampoco he querido continuar con la misión. En definitiva, me quedo con Doodle Jump.

He borrado cantidad de música que no escuchaba y he puesto más de la que me apetece supongo que por el tiempo. He borrado McFly (Ni siquiera los escuchaba), algo de música comercial de este nuestro año 2011 y he optado por más disco de los 60, 70 y 80. Sobre todo, más Kool & the Gang y Eddy Grant además del fabuloso opening the Big Bang Theory. Bueno... también reconoceré que me he puesto la canción de Víctor Sandoval "Nachopolízate". Bueno, ¡Y qué más da! Si la canción mola y Víctor mola, no hay que temer a las masas furiosas amantes del Guetta y sus amiguitos LMFAO o la Rihanna masoquista de pacotilla. A mí la gente no me importa mucho, cierto es. Pero sí me pone de los nervios que me miren o hablen entre ellos de mí cuando estoy a menos de un metro. Me pasó el otro día, (bueno, quien dice el otro día dice hace seis meses) en el H & M de Barcelona mientras estaba con mis amigas en la cola. Dos chicas no paraban de mirarnos y hablaban entre ellas señalándonos pensando que, tal vez, no nos íbamos a dar cuenta de sus cotilleos de pacotilla. Y cuando una de ellas volvió a mirarnos y yo le clavé una mirada entre asco y mucho asco, no volvió a decir nada más y mucho menos a mirarnos. Y yo, más feliz que un ocho.

Otro día recuerdo que iba sola por la calle, escuchando a la gran Simone Simons cantando Sancta Terra cuando escuché la maldita canción del Daddy Yonki o alguno de esos a plena voz (osea que la gente no sabe de la existencia de los auriculares) y encima con dos móviles a la vez. Cuando pasé por su lado y puse la música a tope en mis preciosos Skullcandy para que me escuchase y lo miré con cara de "o-quitas-eso-o-te-juro-que-te-arrepentirás" ¡quito la música! Yo sonreí complacida. Bueno, luego dijo: ¡Ostia que es chunga!

Y ahí me arruinó mi momento de gloria. ¿Soy chunga? ¿Qué es chunga? Supongo que todo menos lo que es él. O a lo mejor tengo pinta de escuchar a los Chunguitos. Bueno, reconozco que algunas veces caen, pero no siempre y menos todos los días.

Lo dicho, pequeños miserables. ¿Sois chungos? Pensad en ello.

Live Long and Prospere!

Canción del día: Ring My Bell de Anita Ward.

Bye-Bee!

miércoles, 24 de agosto de 2011

It's 3 in the afternoon

Saludos pequeños miserables!

Vale, necesito que alguien me responda a una pregunta importante. ¿Por qué narices una mutua no tiene teléfono fijo para llamar? ¿Cómo es que solo puedes llamar a un móvil? ¿A dónde se va a ir el Centro Médico? ¿Al Hospital? No fastidies... Y encima el otro número al que puedes llamar es un maldito 902. Si no tengo saldo para llamar al móvil, no tengo que gastármelo en un dichoso 902!

Total, dejando las injusticias a parte y poniéndolo en manos de manifestantes indignados con más carácter que la Duquesa de Alba (que ya es decir) estoy lista para hablaros de algo terriblemente interesante. Mi ex amiga cani, de la que os hablé el otro día, super maja y tal pascual, me ha agregado a Facebook. ¡Tengo miedo pequeños miserables! ¿Se habrá enterado? ¿Querrá matarme? ¿Comenzarán a agregarme canis furiosos para convertirme en lo que más odio? Los canis no son mala gente, bueno al menos prefiero decir eso no vaya a ser que alguno de mis pequeños miserables lo lea y se sienta decepcionado conmigo. Bueno, la verdad es que lo dudo bastante. Pocos canis se pasarían por el blog de una aburrida estudiante que escribe más en una sola entrada que ellos en toda la ESO.

Hace un tiempo, me inventé un programa de identificación de canis que ahora la CIA utiliza para sus misiones especiales. Bueno vale, la CIA tal vez es demasiado, pero la Polícia Local sí. Bueno vale, tal vez sigo exagerando un poco y solo lo utilizo yo. No importa, yo valgo más que la CIA, el FBI, La Pasma y Patrick Jane juntos (sí, mis aires de grandeza van mejorando con el paso de los días. Gracias por preguntar).

Mi técnica de identificación de canis (T.I.C.) es sencilla. No necesitaréis más de cinco minutos para saber manejarlo tan profesionalmente como yo. Consiste en cinco datos, los cinco puntos de las canis:

1. Piercings de oro - Normalmente en el bigote y lengua
2. Pendientes de maxi aro -Normalmente si son canis pobres los compran en el chino de la esquina de su calle. Colores variados, pero abunda en verde moco y el rosa chicle y el de oro falso descascarillado. Las canis con un nivel económico superior los compran de oro. Contra más gruesos, mejor cani será.
3.Rabillo del ojo a lo Amy Whinehouse de barrio -Ya sabéis, solo le quedaba bien a la Amy.
4.Leopardo -Estampado de leopardo hasta en el tanga del mercadillo de los miércoles al más puro estilo "Chica Salvaje".
5. Crucifijos y cosas religiosas o idolatrías máximas -Pulseras de las vírgenes (solo en los mejores chinos) crucifijos de plástico (de nuevo en el chino) y subiendo de nivel nos vamos a los anillos y colgantes de Camarón, del Barça o el Real Madrid, Cruces y Cristos que dan más mal rollo que el Monstruo de la Casa de los 1000 cadáveres.

¿Qué os parece? Un rollo barato supongo. Pero esos son los efectos del aburrimiento máximo que siento cuando me castigan sin ordenador, tele o play. Ojalá algún día lo pongáis en práctica y yo pueda patentarlo para que me deis pasta pasta cada vez que lo utilicéis. Por cierto, acabo de ser consciente de que los chinos son el lugar de entretenimiento y Shopping Center principal de los killicos.

Me despido con una pregunta existencial:

¿Por qué Espinete va todo el día desnudo y para dormir se pone pijama?

Pensad en ello mientras yo decido si aceptar a mi ex choni amiga o no, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

Canción del día: Brown Eyed Girl de Van Morrison

Bye-Bee!

sábado, 20 de agosto de 2011

Punk Mafia

Saludos pequeños miserables!

Me encontraba un día como hoy en la playa pasando el día con mi familia, raro en mí os lo aseguro, leyendo por enésima vez el Fanzine de Death Laugh (Comedia de Death Note). Es brillante, todo hay que decirlo y no paro de reírme en las mismas viñetas con las mismas frases y las mismas chorradas. Mientras leía, escuchaba al gran James Brown, pensando de qué planeta había venido aquel hombre para ser como era. Porque aunque se le iba un poco la mano con las mujeres, y eso no lo justificaré jamás, era impresionante. Lo que tuvo que ser verle en directo... Total, mientras leía, pensaba en Brown, me reía, cantaba el estribillo de Superbad y estaba un poco por mis primos y otros seres de mi innumerable familia, he visualizado a alguien conocido. Y no, no era un famoso. Tampoco era de mi familia, porque mi abuela estaba a mi lado recogiendo pechinas y mis primos estaban más arrugados que un garbanzo en conserva. Era una antigua amiga del colegio, de cuando iba a primaria. Hacía tiempo que no la veía, desde que me largué de mi querido ex Instituto claro. Ella también me vio a mí, pero no me dijo nada, ni siquiera hizo un gesto elevando la cabeza  p en señal de que me había reconocido a pesar de las gafas de sol, el pelo rizado por la humedad (claro, es que era la playa) y mi cara de WTF. Sí, yo también uso la expresión WTF. Un nuevo dato para vuestra libretita de apuntes, señores.

Normalmente la gente cuando lleva mucho tiempo sin verse, hace aunque solo sea, un mínimo esfuerzo por saludar, aunque solo sea elevar una ceja o estirar los labios intentando hacer una mueca en forma de sonrisa mínimamente amigable. Pues no, ni yo le hice gesto de saludo alguno, ni ella pareció tener ganas de dar el primer paso. En conclusión, no nos saludamos y pasé el resto del playero día mirándola de reojo recordando los viejos tiempos. La verdad, es que ahora me da un poco de pena la chica. Vosotros me entenderéis; se ha vuelto cani. Cani, choni, killa... como queráis llamarlo, eso. No diré su nombre no vaya a ser que venga a mi casa a aniquilarme El Escuadrón Asesino Canivoro Letal (¿Lo pilláis, no? Canívoro, de Cani! Fuah! Si es que tengo una mente privilegiada). Bueno, estoy desvariando como siempre. En resumen, no me atrae que la Cani Pandi de mi ex mejor amiga venga a darme un ultimátum o a amenazarme con asesinar a mi preciosa planta de Albahaca, regalo de mi querida abuela a cambio de mis disculpas. Y como además me gusta ponerles nombres a los susodichos a los que mento, pues ahí va el nombre de mi ex mejor cani amiga: Norberta.

Norberta no era muy amiga mía al principio. A ver, era colega. Yo es que era amiga de todo el mundo, no solía llevarme mal con nadie, excepto con las niñatas con las que Norberta se juntó. Yo iba con otras, así que hablábamos de vez en cuando pero nada llegaba más allá de eso. Un día, mi amistad con mis super amigas estalló. ¿Y sabéis por qué? Pues porque yo era tan extremadamente guay (Sí, modestias a parte muchachos) que no me importaba hacer lo que me diera la gana y que los mayores pensasen de mí lo que quisiesen. ¿Qué me importa uno un curso mayor que va a terminar trabajando de quitachicles en mi portería? No, no me importa en absoluto. Total, un día en medio del patio, mis super friends se largaron sin decirme nada y echaron a correr. Y yo, como no tenía ganas de ir tras ellas, me quedé sentada en un pequeño muro de madera haciendo formas con mis manos en el sol. Justo ese mismo día, Norberta pareció discutir con sus super friends, así que cuando nos enteramos de lo que nos había pasado la una a la otra, decidimos ser mejores amigas y pasar de todo. En esa época, era muy importante lo de la mejor amiga. También era más sencillo que ahora, es cierto. Yo le contaba mis rollos y ella me contaba los suyos. Me chivé de que a mis ex mejores amigas les había venido la "mestru" y ella se fue chivando a todos los mayores. Vendetta, sweet vendetta...

Norberta y yo entablamos una buena amistad de mejores amigas durante unas tres semanas. ¿Qué fue lo que lo truncó todo? Una frase que me dijo que me sentó como un plato de macarrones con salsa tártara. Estábamos en el patio, hablando de nuestros rollos cuando yo le dije que si quería escribir mejor y no cometer faltas de ortografía, leyese más libros. Entonces Norberta va y me suelta: "Sí, tienes razón. Así nuestra amistad crecerá. Yo tengo que leer más libros y tu tienes que adelgazar más".

Y ahí me quedé Poker Face además de WTF. Pero vamos a ver niñata escuálida de las narices, ¿Tú quién te crees que eres para decirme a mí que adelgace si tenemos ocho años? Que tu seas una muerta de hambre y que yo comparta contigo mi bocadillo de jamón york porque tu solo has tráido un Doowap y tengas que darle la mitad a tu hermana pequeña no significa que lo hiciera por una dieta, si no porque me dabas pena ¿Vale? Pena y más que pena, ascopena.

Nuestra amistad finalizó ahí, aunque nos hablábamos de vez en cuando. Yo recuperé a mis super friends y ella a las suyas. Luego entramos en el insti, se volvió cani y me la encontré en la playa. The End.

Echar la vista atrás es bueno a veces, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

Canción del día, Sex Machine del maestro Brown.

Bye-Bee! (Sí Teresica, me hago una idea de por qué te suena...)

viernes, 19 de agosto de 2011

Vodka N' Roll

Saludos pequeños miserables!

Me encanta Juliette Lewis, tanto como actriz como estrella del rock. Una chica que vale para todo en realidad. Y más la quiero cuando tiene el honor de trabajar con el gran Tarantino y el perfecto Rodríguez. Sí, reconozco que son mis directores favoritos además de Eli Roth y Tim Burton y que me encanta ver películas suyas, sobre todo cuando hacen alguna aparición de menos de diez minutos, como en Planet Terror, Malditos Bastardos, Pulp Fiction o Death Proof.

Pero lo que hace especial a la gran Juliette Lewis es que, además de ser espectacularmente preciosa, es capaz incluso de parecer una cría cuando ya tiene más de veinte años. No me diréis que en Abierto hasta el amanecer la chica no parece tener ni diecisiete años! En definitiva, es fantástica. Y encima aparece en el GTA haciendo de comentarista de radio y debo decir que lo hace estupenda y divinamente a la vez que sale en el video clip de HIM o colabora con The Prodigy. Juliette puede hacer lo que sea cuando sea.

Aunque cuando pienso en ello soy consciente de que son artistas y la mayoría de los artistas, al menos los que valen la pena, pueden hacer lo que sea. Otro claro ejemplo lo encuentro en Nicole Kidman. Para mí, la mejor actriz del mundo, antigua, actual y futuramente. Es perfectamente capaz de hacer lo que quiera, cualquier papel lo borda. Pero si tengo que elegirla, es especialmente perfecta en las películas en las que ella descubre cosas y tiene que enfrentarse a ellas sola. Mi película favorita de la Kidman tal vez no sea la más conocida, a lo mejor ni siquiera la conocéis, pero a mí me parece genial. "Las mujeres perfectas". Supongo que el argumento de la película también es brillante. Porque todo lo que haga esa mujer, aunque sea actuar en la función del colegio haciendo de árbol, lo hace perfecto. Porque ella es... Nicole Kidman.

Si tuviera que escoger a mi actor favorito, supongo que la cosa me cuesta bastante más. Porque a mí me gusta el trabajo del actor en sus primeras películas. Es decir, entiendo que a medida que van rodando más y más, aprenden más y más. Pero lo que hace ver cuánto vale un actor o un músico o en definitiva un artista, son sus primeros pinitos. Pensemos por ejemplo en Christoph Waltz, que debo reconocer, me tiene loquita perdía. ¿Alguien se acuerda de él antes de aparecer en Malditos Bastardos, haciendo de el imponente, loco y nazi Coronel de las SS Hans Landa? Yo creo que no. ¿Alguien valora el maravilloso trabajo que hizo Waltz en Catherine the Great? ¿Alguien valora al gran Waltz haciendo de patético Louis en Falling Rocks? Vale, reconozco que no es una gran película, y el final es una auténtica basura, pero... ¿No es en esa clase de basura-pelis en las que se ve si ése actor valdrá la pena?
Y ahí lo tenemos, ganador de un Óscar y haciendo de co-protagonista en Agua para Elefantes. ¿Agua para elefantes? Bah, seguro que casi nadie se ha dado cuenta. Estabais todos demasiado ensimismados mirando al mocoso, casposo e invertebrado Robert Pattinson que no tiene más mérito que hacer de vampiro escuálido con sentimientos de Heidi. ¿Dónde queda los sexys vampiros Pitt y Cruise? ¿Y el magnífico y pobrecito mío Quentin en Abierto hasta el amanecer? Porque mi Tarantino puede hacer lo que sea, ¿Entendido? Lo que sea.

Dicho esto respondo a la pregunta de mi actor favorito: 'Til Schweiger. ¿Quien? No voy a deciros nada más de él. Si acaso os interesa, buscadlo en Google.

Hasta otro día, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!


Canción del día: Respect de la gran Aretha Franklin.

Bye-Bee!

martes, 16 de agosto de 2011

Haushinka

Saludos pequeños miserables!

Volver a ver a un ser querido después de tres meses hablando nada más que por Facebook y alguna que otra videollamada de vez en cuando, es algo genial. Aunque no hayamos podido pasar mucho rato hablando ni contándonos nada, ha sido agradable ir al aeropuerto a recogerla. Koala, te quiero y mucho.

Sentimentalismos aparte. Hoy voy a hacer algo que nunca creí que haría, o al menos no sin un par de litros de Nestea recorriendo mis venas como si se tratase de un circuito Nascar en pleno campeonato. Voy a explicaros el por qué de mi amor hacia Green Day. En una de mis primeras entradas confesé, aunque solo di un pequeño adelanto, el motivo principal; un chico. En fin, que las chicas somos muy pavas a según qué edades o más bien a todas, solo que lo vamos disimulando con los años. No diré el nombre del chaval, porque ni siquiera se merece que lo mente después de 4 años imaginándome como sería mi vida con él al lado como esposo. La verdad, es que una chica con un poco de gusto lo hubiera visto más como un hermano pequeño al que llamaría "Mocoso", que como a un amor hormonal. La primera vez que lo vi, fue cuando nos pusieron en la misma clase y dijeron su nombre. Me quedé como una estatua de sal con los ojos clavados en aquel niñato con dientes algo sobre salidos.

Y ahí comenzó la historia de amor de la chica patética de doce años que hacía lo que fuese porque el niño al que llamaremos Eladio, se fijase en ella aunque solo fuera para decir: "Oh! Qué chulas tus bambas!" o tal vez "Vaya! ¿Te gusta Snoop Dogg?". Llegué a comprar un cd de Snoop Dogg solo para enseñárselo y que me dijera "Ualaaa!". La verdad, es que ahora que lo pienso no sé lo que pretendía. ¿Una propuesta de matrimonio por enseñarle el nuevo cd que me había comprado? Pobre de mí y de mi ignorancia en temas amorosos. La vida no es como en los animes shojo que veo... cada vez lo tengo más y más claro. Y ahora, por su culpa, odio a Snoop Dogg.

Total, seguiré contando. Una de las clases en las que Eladio y yo más charlábamos era en clase de música. Una profe enrollada, amante de Alan Parson y George Michael.con la que tenía un buen rollo impresionante. Yo era (y soy) muy ochentera en cuanto a lo que asuntos musicales se refiere y por lo tanto congeniábamos y siempre terminaba haciendo algo que yo quería. Total, la super profe a la que hoy en día sigo alabando, propuso hacer un karaoke. Cuando nos enteramos, todos nos quedamos más blancos que la leche. Y cuando llegó el día de cantar, la leche incluso de cortó. Bueno, la verdad es que a mí siempre me ha gustado llamar la atención para qué negarlo (no hay más que verme vestida un lunes a las siete de la mañana) pero aquel día me preparé la voz como si mi vida dependiera de ello. Canté Girl de las Destiny's Child y la canté genial. La gente incluso decía que tenía la misma voz que Beyoncé. A lo mejor soy su nueva doble como el Shakiro ese. Total, que la canción me salió genial, todos me aplaudieron y yo me sentía como la única lata de sardinas en escabeche del mundo; única e inigualable. Lo mejor llegó después, cuando terminó la clase y Eladio se me acercó. Aun recuerdo la conversación, grabada a fuego lento en mi cerebro.

-¿Te gusta Green Day?
-¿Qué?
-¿Que si te gusta Green Day?
Yo, intentando disimular mi ignorancia intenté parecer convincente. A ver, los conocía pero de ver los videoclips en el Flaix TV esperando que echaran a Sakura mientras merendaba. Digamos que no iba más allá de American Idiot y Holiday. Bueno, regresemos a la conversación.
-Eh, claro, claro. Son buenos.
-Si que lo son. ¿Te gustaría cantar una canción conmigo de ellos en el karaoke de la semana que viene?
En aquel momento, la feria de verano de mi cutre-pueblo, se produjo en mi estomago. Fuego artificiales, algodón de azúcar y manzanas de caramelo se mezclaron con el tiovivo del año de la Kika y con la montaña rusa de los sesenta. ¿Eladio y yo cantar una canción juntos? ¿Eladio y yo? ¡¿ELADIO Y YO?! No sabía ni lo que sentía. Sólo tenía claro que si me hubiesen pinchado, en aquel momento no me hubiese salido ni una gota de sangre.
-Sí claro que me gustaría cantar una canción de Green Day contigo, Eladio.
-¡Genial! ¿Conoces Basket Case?
-¿Cómo?
-Sí hombre. Basket Case. Es la más conocida.
¡Niño que estás hablando! ¿La más conocida? Por favor, si la canción era del 94. Yo me esperaba que me dijese Wake Me Up When September Ends o Boulevard Of Broken Dreams no la maldita Basket Case! Ahora me arrepiento de aquellos pensamientos, ahora que soy fan claro.
-Eh... sí, claro. Claro que la conozco.
-Entonces ensaya en casa que la semana que viene seremos el dúo Green Day.

Y allí me dejó, más tiesa que la pata de un canario después de un ataque al corazón. Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue meterme en el ordenador y buscar la dichosa canción. La escuché una vez y a la segunda, letra en mano (porque encima me gasté la tinta de la impresora en eso) me puse a aprendérmela. Tres cuartos de hora más tarde, me sabía la canción de pe a pa e incluso me sabía los riffs de guitarra y los tempos del maldito bajo. Y la semana siguiente, digna de felicidad, llegué a la clase de música. Eladio se me acercó y yo pensé en lo conjuntado que le quedaría el smoking negro con mi vestido de novia.

-¿Lo has traído?
-¿Traer el qué?
-Pues el cd. Pensé que ibas a traerlo tú.

Me mató por dentro y luego prendió fuego como a un vulgar establo. ¿Por qué narices tenía que traer yo el cd si él había sido que el me lo había pedido?

-Bueno, pues tráelo mañana y le decimos a la profe que nos deje ¿Vale?

Así que aquella misma tarde me fui corriendo al Discos Castelló de mi pueblo y compré el dichoso cd de Dookie. Y deseando que llegase en día siguiente, me dormí en un profundo sueño.

Nunca cantamos la canción. La mañana siguiente la profe dijo que ya llevábamos demasiadas clases con el rollo del karaoke y que debíamos dejarlo para otra ocasión. Y allí me quedé yo, con el cd en la mano y luchando por no derramar una lágrimita de tristeza y resignación.

Desterré el cd y me dediqué a escuchar rap depresivo el resto del curso. Si, por aquella época yo era de rap. Y ahora donde me veis, no pasa un solo día sin que escuche un poco de buen rock and roll o más bien algo de Trash metal para cargar pilas. En verano, saqué el cd de la estantería dónde lo condené a permanecer en cautividad por un tiempo indefinido. Abrí el pequeño álbum y miré la foto de los chicos. Debajo del rubio con un piercing en la nariz ponía: Billie Joe. Y con la ayuda de Google Imágenes, me enamoré. Ahora que me fijaba ¡Qué guapo era! Y ahí comenzó la "Obsesión Verde". Hace un tiempo deduje el por qué de mi obsesión: Billie Joe se parece a Eladio.

Pero como ese es un tema de debate y discusión cada vez que lo mento, no os voy a dar la oportunidad de arruinarme la confesión de hoy. Buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhfffuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh!!! Si hasta me siento bien y todo después de desahogarme.

Gracias por aguantar el sermón de hoy, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!


Canción del día: Basket Case de Green Day. (Por rizar un poco más el rizo)

lunes, 15 de agosto de 2011

Drunk!

Saludos pequeños miserables!

Voy a confesar algo que seguro que os pondrá los pelos de punta, que saldrá en las portadas de las revistas del corazón más importantes del país, como Pronto, Semana y El Jueves. Una noticia que espantará al mismísimo Charles Manson si llega a enterarse; Me encanta el Nestea. Ya ni siquiera puedo decir que me encante, es que es una  adicción, una droga increíble, incomparable, que ni el Ferrero Rocher de la Presley. No sabéis la de veces que he soñado con que me lanzaba en una piscina de Nestea e iba bebiendo a medida que hacía el pino y me lanzaba al estilo bomba. El mejor sueño de esta pobre criatura después de mi boda con Billie Joe Armstrong, Zacky Vengeance, Synyster Gates y M Shadows a la vez.

Tampoco lo considero un mal vicio, aunque como todo, si te pasas la pagas y cara. Pero bueno, mejor emborracharme a base de Teína que de alcohol con los amiguitos del botellón. Nunca he ido de botellón, y si soy sincera, nunca me ha atraído la idea de irme a la playa con veinte litros de Xibeca en la mochila y otros veinte en el estomago para ir calentando. No, eso se lo dejo a las generaciones que hay ahora y que vendrán. Yo, como diría el Sabina, me bajo en Atocha. O en mi casa, que es lo mismo en estos casos. No me atrae la idea de ir por la calle borracha a las seis de la mañana y luego salir en reportaje de Callejeros saludando a mi madre la cual se pensaba que estaba en casa de un amigo estudiando para el examen del día siguiente. Ese examen jamás existió, nada más que en la inocencia de mi confiada y querida madre. Y yo no le voy a fallar a mi madre por largarme a beber hasta morirme o coger un coma etílico en medio del paseo marítimo o en medio de la plaza del pueblo. Prefiero emborracharme en mi casa mientras veo alguna película de James Dean o de Mel Brooks con una buena ración de palomitas de mantequilla del Mercadona en una mano (Sí, de esas que pone que se hacen en tres minutos y luego no se hacen ni la mitad) y una botella de dos litros de un delicioso y refrescante Nestea de limón en la otra. (Y con pajita, eh! Nada de a morro!)

Ah, los pequeños placeres de la vida!
Eso es todo por hoy, pequeños miserables! Si un día gano el premio Pulitzer de Literatura os lo dedicaré a vosotros y a mi inocente madre que creyó que me iba a estudiar un examen fantasma. Amor de madre!

Live Long and Prospere, pequeños miserables! Live Long and Prospere!


domingo, 14 de agosto de 2011

By the Way

Saludos pequeños miserables!

Esta tarde he recordado un acontecimiento que nos sucedió hace unos meses al salir de clase a mis colegas y compañeras de fatiga y a mí. Íbamos dirección a la estación de tren cuando un tío se tiró por el balcón de un primero. La verdad es que al principio nos quedamos alucinando y estuvimos en estado de shock mientras la madre y la hermana del "proyecto de kamikaze" lo maldecían, chillaban y lo volvían a maldecir. Y es que si lo piensas fríamente, el tío era un patético integral, porque lo mejor viene ahora. Después de tirarse por el super edificio más alto de la Torre Eiffel y el Big Ben juntos ¡vuelve a entrar en su casa!

Está claro que si el colega buscaba el suicidio rápido, lo iba a encontrar ahora. No por su salto a la reja el monteño, si no por lo que le esperaría al llegar a casa con su querida e histérica madre y la chillona repelente y muerta de miedo de su hermana. Que la fuerza te acompañe hijo mío, hasta el fin de tus días en el primer piso de la casa de tu madre.

Y es que si me pongo a pensar, yo no sabría que hacer en una situación como esa. Si caminara por la calle y me encontrase a un hombre que intenta tirarse y acabar con su vida ¿qué haría? Bueno, hay algo que sí tengo claro: Me aseguraría primero de la altura a la que quiere tirarse. Si intentase tirarse desde un cuarto o un quinto o más bien desde un entresuelo o un primero sin ascensor. Porque si intentase esto último, no me esforzaría en subir, pues tengo claro que el tío no quiere morirse, más bien romperse una pierna o torcerse la muñeca para que el seguro se lo pague por daños morales o todos esos rollos que salen en "De Buena Ley".

En el caso de que intentase lanzarse desde un quinto y estuviera en mi mano evitarlo, supongo que subiría. Pero por el ascensor, claro! Ni loca me trago 150 escalones por un cobarde que quiere llamar la atención de su mujer, o porque le han despedido del tugurio de mala muerte donde trabajaba. Lo que no sé es lo que haría cuando me encontrase allí, a su lado. Siempre que veo películas, me doy cuenta de que el que sube también sale fuera. Supongo que es una buena técnica psicológica empleada por científicos americanos al estilo Sheldon Cooper en segunda fase de aprendizaje. ¿Y después? Supongo que seguiría mi instinto. Todo eso es cosa del directo y es inesperado, muy inesperado. A lo mejor estornudo y soy yo la que cae al vacío, rogando por escasos segundos que hayan llegado los bomberos y esté la colchoneta esa aguardando a mi caída. Y a lo mejor, con un poco de suerte, el suicida se caga de miedo y regresa adentro, teniendo claro que estaba jugando con su propia vida. Y yo sería una heroína y sería declarada "Orgullo de la Nación", "Patrimonio de la Humanidad" y me llamaría Sálvame Deluxe para hacer una entrevista con Kiko Hernández y el Matamoros. La verdad es que eso jamás sucederá, pero no ha estado mal fantasear por unos minutos ¿No? Mientras no me llame Interviú...

Bueno, la verdad es que ha sido un día de reflexiones interesantes, pero precisamente por eso, porque son reflexiones y no realidades, voy a dejarlas a un lado hasta dentro de otros tres meses en los que volveré a pensar en lo mismo aunque con algunos cambios incorporados, y voy a centrarme en el nuevo anime que estoy viendo: Yamato Nadeshiko Sichi Henge.

Gracias por soportar este monólogo improvisado de hoy, pequeños miserables! Os voy cogiendo cariño.

Live Long and Prospere!

sábado, 13 de agosto de 2011

Because she is... a parasite

Saludos pequeños miserables!

Llevo tres días con cansancio acumulado de no hace absolutamente nada. Creo que es el síndrome de el estudiante en agosto. No sé si sobreviviré cuando comiencen las clases... Volver a levantarme a las seis y media de la mañana! Nooooo! Prefiero tragarme capítulos repetidos de La Oveja Shaun antes que eso. Pero es lo que hay y no puedo hacer nada al respecto, no hay negocios que valgan.

Seguramente ni os acordáis, pero me siento obligada a cumplir mi promesa y daros vuestro salario diario (Uoh! Si hasta rima y todo!) En fin que aquí viene mi historia patética que no ganó ni un concurso de relatos cortos en un instituto suburbial de mala muerte. Quien sabe si luego me encuentro a Woody Allen dirigiendo a Carla Bruni con mi relato! Inocente cría que soy...



La miro. La deseo. La observo. La amo. Pero ella es un parásito.

Mis ojos se posan todos los días sobre su fino y tambaleante cuerpo. Aparto la vista y la recuerdo hace apenas dos semanas, cuando le pedí que viniese conmigo al baile de fin de curso. Parece que solo fue un sueño cuando ella aceptó con una hermosa sonrisa. Una sonrisa ahora incrustada en su piel. Pero ella no es feliz. Ella es un parásito.   La miro escondido des de una ventana, agazapado y alerta, pero sin olvidarla. Camina en círculos perpetuamente, como una atracción de feria. Esa es su rutina. A veces se para y observa, pero yo sé que en realidad no ve nada. Sus sentidos están atrofiados, solo busca alimento. Me busca a mí, porque yo no soy un parásito. Agarro la fotografía con fuerza y la apreto contra mi pecho. Se la hice hace apenas dos meses. Tengo esa foto grabada a fuego en mi mente. La recuerdo perfectamente. Aquella larga melena color heno ahora no son más que algunos mechones color ceniza. Esa piel bronceada por el vaivén del sol, ahora es carne fría, seca y pálida. Aquella hermosa cintura que agarré con nerviosismo por escasas horas, ahora permitía ver sus órganos internos destrozados por la mordedura de otros parásitos.

Se para y mira hacia arriba. ¿Me ve? Me agacho pero mis ojos siguen alerta, encandilados por su mirada. No tiene párpados. Aquellos hermosos ojos color miel, aquellas largas pestañas que se movían con una sensualidad exquisita, ahora me miran con algo parecido a la locura y la sorpresa.  Escucho un ruido que proviene de sus entrañas, algo parecido a un suspiro gutural. Una lágrima cae por mi mejilla la cual quito con mis dedos y mojos mis labios sintiendo aquel gusto salado. ¿Cómo había llegado a suceder? Aquello me carcomía por dentro y eso que no era consciente ni siquiera de lo que estaba sucediendo. Todo iba viento en popa. Mi smoking nuevo iba acorde con mis zapatos de salón y mi abuelo me había dejado su coche. Un Dogde de 1970 que había cuidado mejor que a su propio nieto.

-Un solo rasguño y tendrás que trabajar el resto de tu vida para pagarlo, chico –me advirtió mientras yo asentía nervioso y arrancaba el coche. Su casa era elegante, ubicada en un barrio residencial. Me abrió la puerta un hombre de cabello canoso y pipa en boca. Escuché como bajaba las escaleras mientras su padre sostenía una carísima cámara de fotos. Nada que ver con mi pobre Canon. Y allí estaba ella. Sonreía nerviosa y no era un parásito. Su vestido con escote de palabra de honor y mucho vuelo dejaba ver sus hermosas piernas hasta las rodillas. Un chal negro reposaba sobre sus finos hombros. Le puse la flor en la muñeca. Foto. Ella me puso la otra en el bolsillo de mi smoking. Foto. Nos agarramos del brazo y posamos. Foto.

-Estás maravillosa.
-Gracias –me contestó con aquella maravillosa voz. No volvería a escucharla nunca más. 

El baile fue perfecto y a las once y media la dejé en su casa. Las luces estaban apagadas. Nos quedamos en la puerta sin decirnos nada. Yo no quería dejarla y ella no parecía querer entrar.

-Lo he pasado muy bien. Gracias por invitarme Luca.
-Gracias por venir conmigo.

Sentí que se acercaba lentamente y besaba mi mejilla. Aquellos labios carnosos con los que soñaba todas las noches rozaron mi piel. Se apartó un poco. Nuestras bocas quedaron a escasos centímetros y se reclamaban. Yo di el primer paso y uní sus labios a los míos. Me lo devolvió al instante. Su boca era sabrosa, como aliento de vida. Nos separamos con lentitud mientras mis labios maldecían. Nos dimos buenas noches y ella entró en su casa. Me di la vuelta y sentí mientras avanzaba que millones de fuegos artificiales estallaban en mi interior. Escuché un grito desgarrado que provenía de su casa. Era ella. Entré sin siquiera pensarlo. Otro grito des de la segunda planta y una puerta medio abierta. No existen palabras en este mundo para describir lo que vi. Sangre por todas partes y una cama deshecha. En el suelo, ella. Su cuello desgarrado igual que la mitad de su boca. Aquel parásito, aquel maldito ser infernal era su padre. La cara llena de hematomas y sangre reseca mientras sostenía y se llevaba algo parecido a un hígado a la boca. Denotó mi presencia y comenzó a moverse en mi dirección. Eché a correr escaleras abajo lo más rápido que pude y llegué a la sala de estar cuando me atrapó y me caí al suelo. Intentaba morderme mientras yo le pataleaba su horrenda cara llena de purulentas heridas y pestilente aliento. Mis manos se toparon con el atizador de la chimenea. Le golpeé con fuerza atravesándole la cabeza dejando que sus sesos se esparcieran por la moqueta. Escuché de nuevo gritos y subí lo más rápido que el temblor de mis piernas me permitió. La puse en mi regazo abrazándola con dulzura. Estaba ardiendo y temblaba.

-¡Julia! Amor mío…
-Ti…tienes que irte Luca…tienes que irte.
-¿Y dejarte aquí? De eso nada, te voy a llevar a un hospital.
-No me queda mucho tiempo, amor. Corre…huye.

Sabía que tenía razón. A pesar de todo, la amé más que nunca. Sabía que eran sus últimos minutos y en realidad, también los míos. Cuando murió y su cuerpo se volvió inerte lloré, lloré mucho. No sé cuantas horas, puede que dos o tres hasta que me quedé medio dormido. Sentí roces en mis brazos. Abrí los ojos lentamente. ¿Julia? ¿Estaba viva? Pero aquellos ojos no eran de vida, no estaban llenos de alegría. No estaban llenos de nada, nada en absoluto. Ni siquiera aquel hermoso iris, había desaparecido. Me aparté de ella al ver que se relamía la lengua llagosa, llena de espeso líquido negro. Cerré la puerta de golpe y corrí más que nunca. Entré en la casa de enfrente corriendo el riesgo de que hubiese otro parásitos. Pero no. Aun con el atizador en la mano, subí a la buhardilla en la que ahora me encuentro. La calle estaba llena de parásitos y ella salió minutos después. Todos se han ido menos ella, o eso creo. Parece que esté esperando algo. ¿Me esperará a mí?

La miro. La deseo. La observo. La amo. Pero ella es un parásito. Sigue dando vueltas mientras su carne está cada vez más podrida y reseca. Escucho un grito y mis sentidos se agudizan. Veo una niña pequeña correr. Su brillante cabello en forma de tirabuzones reluce con el sol. La conozco, es una vecina de al lado de mi casa. Julia la detecta y camina hacia ella. Salgo corriendo de la buhardilla con el atizador,  hacia Julia. Le grito y se da la vuelta. Extiende sus muertos brazos hacia mí y yo elevo el atizador atravesándola como hice con su padre. Me agacho ante su cuerpo muerto y toco su vestido con la yema de los dedos. Agarro a la niñita en brazos y veo que una multitud de parásitos se acerca. No podía subir a la buhardilla de nuevo. Debíamos huir. Al menos no lo haría solo. Porque aquella niñita no era un parásito. 


En fin, esto es todo amigos! Mi patético intento de recibir un mérito por reflejar con palabras lo que pasa por mi estrambótica mente de aficionada a los no muertos, se vio truncado por alguna patética historia de amor de algún alumno del bachillerato social. No voy a dejar de escribir por ello. Creo que es normal que pase al principio, y como diría Frederick Frankenstein: "Debemos aceptar las derrotas así como las victorias, con una gran dignidad y serenidad". 

Hasta mañana, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

jueves, 11 de agosto de 2011

Shhhht!!!

Saludos pequeños miserables!

Caminaba tranquilamente esta mañana por las calles de mi querida y maldita ciudad pensando sobre lo que podría hablar hoy. Como podéis deducir, mi vida no es cada día una aventura exorbitantemente impresionante. No tengo que luchar cada día contra dragones y cíclopes resfriados ni tengo que convivir con el hecho de decidir si esta será la última calada de mi vida. ¿Y sabéis por qué? Sencillamente porque no fumo. Agarrad vuestra libreta de y apuntadlo, no sea que un día me encontréis por la calle y me pidáis fuego, pues no os lo podré dar. Bueno, ni poder ni nada, tampoco querría. Y no me voy a poner en plan pesado diciéndoos que el tabaco es malo, que mata, que te hace daño en los pulmones y todo eso que ya veis en los paquetes y en la tele. No, yo no soy ninguna campaña informativa  a la que el gobierno vaya a pagar por mis servicios. Y como no lo soy, no digo nada. Eso sí, si no fumáis, no penséis en comenzar ahora. No quiero ser el aliciente, eso sería una atrocidad ¿no creéis?

He estado pensando (porque a veces pienso) y he decidido publicar una mini historia que escribí para el concurso del instituto. Y no, no gané. Posiblemente porque la historia vale menos que nada y les pareció algo abominable. De todos modos, si os apetece leerla, estaré encantada con vuestras opiniones, críticas, rechazos o, quien sabe, admiraciones hacia mi persona. Sobre el argumento prefiero no adelantar nada, por si luego vais a cogerle asco pena, tanto a mí como a mi humilde blog. Solo diré que nunca estamos contentos con lo que tenemos hasta que lo perdemos, por un incendio, una inundación o por una no muerte. Ale, ahí lo dejo.

Volviendo a lo que nos concernía hace dos párrafos, caminaba pensando en lo que podría hablar cuando me he cruzado con una mujer vestida "para matar". La verdad es que la tía tenía estilo y no le quedaba nada mal aquel conjunto de falda de tubo con estampado de leopardo, bolso de leopardo, zapatos de gogó de discoteca de leopardo y carrito de la compra de leopardo. Sí señor, tiene valor de ir así por las calles de mi ciudad y no morir acribillada por gente superficial que se pone Converse cuando su tropa se los pone o lleva chaquetas de Vespa cuando sus super amiguitos las llevan. Mujer leopardo si por casualidad me lees un día, que sepas que te admiro. Jamás iría como tu, pero molas. Bueno, yo no es que sea la mujer más modesta del mundo a la hora de vestir. Reconozco que me gusta llamar la atención y me gusta que la gente me mire cuando paso por su lado y se aparten pensando que les voy a pegar mi especial sentido de la moda. O a lo mejor piensan que soy peligrosa por llevar un lazo rojo y con lunares blancos en el pelo al estilo Minnie Mouse. O por llevar unas gafas a lo Buddy Holly en plan gafa pasta gigante. Sí, con eso ya dejo claro que solo soy calaña ¿verdad? En fin, que me mola ir con cosas originales, cosas que la gente ve en la tienda y piensan que quien se lo compre está mal de la azotea o necesita ayuda psicológica urgentemente. Creo que no es malo querer vestirte con originalidad, no ser como los demás. No llevar el pelo a lo Vicky Beckham porque ahora lo lleve así la Beckham. No llevar el crucifijo en el cuello o la pulserita de las vírgenes y que luego me digas que eres ateo. Me gusta ser yo misma, y creo que mi manera más fácil de reflejarlo es con la ropa.

Así que me despido con un pensamiento para todos aquellos que opinan lo que el 99'99% de la sociedad opina sobre ir con tu propio estilo: pedir un poco de personalidad para Navidad.

Bueno, después de todo creo que he terminado hablando de algo ¿no?

Hasta mañana pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

miércoles, 10 de agosto de 2011

Queen Mary, She's my friend

Saludos pequeños miserables!

Ayer no tuve ni cinco minutos para ponerme un ratito y deleitaros con mis insufribles palabras. Así que hoy no he querido dejarlo escapar. No puedo permitirme el lujo de fallar a mis queridos bloggers. Tal vez un día será cierto y tenga bloggers que se mueran por leerme.

Ahora voy a daros un consejo: No se puede estar doce horas viendo películas de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez una tras otra porque puedes acabar mal de la cabeza y ver normal cargarse a un tío que sale de tu cuarto de baño de repente. (¿Sabéis a qué peli me refiero no?) Pero después de todo, estuvo divertido y te das cuenta de que eres más fuerte de lo que nunca pensaste. Bueno, tal vez eso es algo exacerbado pero no está mal como motivación extra. Encima como dichos directores no son capaces de hacer películas de menos de dos horas y media, no puedes ver tantas como quisieras.

Bueno, y por fin, el momento que todos vosotros estabais deseando! (Bieeen!! Fiesta, fiesta!! Aplausos, gritos, palizas!! Cerveza gratis!!) Más os gustaría... Bueno, aquí viene cuando lo matan, cuando ~hisGreeneyes explica el por qué de llamarse ~hisGreeneyes. Y si sois curiosos o tenéis un mínimo sentido SherlockHolmesco os habréis hecho una idea. Y si no, pues tampoco pasa nada, no os esforcéis demasiado a ver si luego os va a salir humo del cerebelo y me vais a echar las culpas a mi con una demanda al más puro estilo Lydia Lozano.
Lo dicho muchachos, el motivo de ~hisGreeneyes es sencillo: Green Day. No por el "green" de Green Day. Vamos a ver; en la música hay muchos estilos, dentro de esos estilos está el rock, dentro del rock está el punk rock, y dentro del punk rock hay muchas bandas. Entre esas bandas se encuentra Green Day y Green Day está compuesto por tres hombres en concreto: Tré Cool (Frank Edwin Wright III), Mike Dirnt (Michael Ryan Pritchard) y Billie Joe Armstrong (Billie Joe Armstrong). Y éste último tiene algo que lo vuelve sumamente especial para mí (a parte de ser el amor platónico más importante de mi adolescente y hormonal vida). Billie Joe tiene ojos, lo sé aluciante ¿verdad? Y sus ojos son de un color que a mí me encanta. Adivinad qué color! No se vale hacer trampa...

Opción A: Grises
Opción B: Marrones
Opción C: Verdes

Lo sé, difícil elección... Bueno, no os angustiéis. La opción correcta es la C! (Wooooaaaah!! Bieeen!! Fiesta, fiesta!! Aplausos, gritos, palizas!! Cerveza gratis!!) Pues sí, ojos verdes, hermosos y perfectos. Llevo soñando con sus ojos desde que me di cuenta de que es el hombre más perfecto de la faz de la tierra y parte de la Luna, Saturno y Júpiter.

Bueno, basta, basta de ñoñerías ñoñas por hoy! Ya sabéis demasiado de mí y acabamos de conocernos! Yo no soy esa clase de chicas que se dejan mangonear... No, no y no! En fin, estoy divagando. Ha sido un placer haberos sermoneado un ratito por hoy queridos miserables, pero esta artistaza debe irse a ver Star Trek. Nuevo dato!! Pi,pi,pi,pi,pi: Me encanta Star Trek. No gusta, encanta! Y ya que estoy dispuesta a compartir secretos diré que me derrito ante el Sr Spock.

Basta, basta! Esta no soy yo! Fu, fu! Me liáis como una tonta y yo caigo y me enrollo cual persiana vieja. Mañana ya veré con qué os machaco.

Hasta mañana pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

lunes, 8 de agosto de 2011

Todos quieren un poquito de Rock N' Roll

Saludos pequeños miserables!

Tercer día como blogger aficionada. Esto me va gustando cada día más. Le agradezco a mi fan número uno (y seguramente la única) que se pasa por esta humilde página y lee las desdichas de una chica que nació con aburrimiento acumulado y ganas de criticar al populacho y a la realeza. No soy Jaime Peñafiel, espero no serlo nunca. Tampoco me gusta meterme con la Familia Real para ganarme el pan de cada día. Bueno, en realidad aun no me he ganado nada porque ni siquiera trabajo. Tal vez eso sea un punto más para tenerme tirria, tal vez un día me llame la Rolling Stone para tener mi propia columna. Sinceramente creo que ese es mi sueño desde la primera vez que me compré la revista: Septiembre de 2008, en portada R.E.M.
Por aquel entonces yo seguía siendo una amante friki de Green Day, además de una admiradora y meló mana profesional. Últimamente, debo añadir, estoy algo molesta con dicha revista. Creo que ni siquiera la compro por gusto, porque el estilo y la variedad van menguando con el paso de los meses. Que un mes si un mes no te pongan en portada a John Lennon (eso sin contar cuando salen los Beatles) reconozco que me saca un poco de quicio. John no tiene la culpa (el pobre, si supiera) pero no puedo evitar que por una cosa o por otra siempre termine acaparando portadas antes que Buddy Holly o The Chirping Crickets los cuales fueron la inspiración de Lennon. Ahora que lo pienso, me acabo de dar cuenta que estoy dibujando a los Beatles. Vaya, que coincidencia. Bueno no importa, yo no soy la Rolling Stone. Además, si se llama Rolling Stone, no es por John Lennon o su querida esposa Yoko. Se llama así por la canción de Bob Dylan "Like a Rolling Stone". ¿Por qué narices, entonces, me sacáis siempre al dichoso Lennon o a su querido amigo McCartney? Yo os diré el por qué: Toca Narices. No tenéis otro nombre. Si la primera Rolling Stone tenía en portada a Lennon, ¿Por qué no la llamasteis Imagine o Working Class Hero o Instant Karma?

El motivo actual de gastarme tres preciados euros en la "mejor revista de música de España" se llama; Sergi Arola. No, no al estilo cocinero. Al estilo crítico. ¡Y es que mola cacho! No tiene pelos en la lengua ni parece haberlos tenido jamás. Leo su columna antes siquiera de ver quien hay en portada. Porque Sergi, si algún día por las casualidades de la vida, te equivocas de página, le das a otro botón, se te bloquea el ordenador y llegas a esta entrada; que sepas que aquí tienes a una fan incondicional de tus críticas. Aunque últimamente se te vaya un poco la olla con el rollo Foo Fighters y Dave Grohl. Aun así, eres un maestro. Me atrevería a decir que eres el motivo de mi ambición por escribir artículos de crítica y columnas en revistas. Un buen aliciente si señor.

Dicho lo dicho: A Dios pongo por testigo de que mañana explicaré el motivo de mi nombre artístico que mola cacho chachi guachi peluche rosa.

Hasta mañana pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

domingo, 7 de agosto de 2011

Paranoid Punk Glory

Saludos pequeños miserables!
Mi segundo día en el mundo blogger. Debo reconocer que no está nada mal. Aunque no es el blog más visitado de la semana, mis sentidos sensoriales me dicen que jamás lo será. Si me equivoco, me rapo.

Caluroso domingo de agosto, aunque yo lo llamaría Sunday Bloody Sunday como la maravillosa canción de U2. Creo que esa banda tiene un don. Creo que pueden hacer lo que sea, sea bueno, sea una copia de Little Richard o sea dirigir la Casa Blanca online. Todo lo que Bono haga, vale la pena. Ahora con el musical de Spiderman...¡Quién pudiera ir a verlo! Yo, personalmente, carezco de estabilidad económica para hacerlo. Además, si no careciera, ese dinero hubiese ido a otro musical; American Idiot. Eso si que tuvo que ser brutal. Dato nuevo: Me encanta Green Day. Soy fan desde los doce años. Otro dato! No tengo doce años. Billie Joe Armstrong es el amor de mi vida. Resulta graciosa, tal vez incluso estúpida la manera en la que me hice fan. La verdad, es que los había escuchado antes pero no les había hecho el menor caso. Tal vez eran demasiado rebeldes para mí en aquella época en la que me traumaticé viendo Kill Bill, la vida de O-ren Ishii y la de Gogo Yubare. Bueno, es que su vida era digna de tener inestabilidad psíquica. Me hice fan de Green Day por... ¡Tachán! Un chico. Reconozco que en aquella época no tenía personalidad. Bueno, tal vez ni siquiera la tenga ahora. A lo mejor soy un robot controlado por el villano más terrible de todos los tiempos: Plancton. Aun no estoy preparada para contar nada más acerca de aquella estupidez estúpida. Lo contaré un día de estos o una década de estas. A pesar de eso, le agradezco al maldito niño que me hizo volverme fan de tan maravillosa banda. Gracias a él, ahora soy una fan histérica que fue capaz de irse un día antes a dormir a la calle para verlos en primera fila. Ah, qué buenos recuerdos! Valió la pena.

Proximamente en los mejores bloggers:

-Origen de hisGreeneyes
-Motivo de mi fanatismo hacia Green  Day
-Explicar por qué no puedo repetir bachillerato.

Hasta otra, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

sábado, 6 de agosto de 2011

When I was a Guitar GrrrrrL Jr.

Saludos pequeños miserables!
Mi nombre es ------ ------ ------- pero hisGreeneyes es mejor. Tal vez un día explique el por qué de ese nombre. Tal vez ni siquiera os importe. Es más, dudo que alguien con un poco de sentido común vaya a pasarse por este blog y leer las insignificancias de esta muchacha que no tiene nada mejor que hacer un sábado a las once y media de la noche que ponerse a escribir. Ale, ahí tenéis un dato; fémina. Me gusta el arte, adoro el arte. Es algo poco valorado hoy en día pero que forma parte de la cultura general de cualquier ente desarrollado con una pizca de cerebro. Incluyo a los canis y a las generaciones perdidas que están comenzando a poblar los barrios y los institutos a base de reggateon, mala leche y reggateon debería importarles el arte. No sé dibujar, al menos eso dicen mis queridas profesoras. Otro dato: soy una estudiante de dibujo. Y si no sé dibujar ¿Qué narices hago cursando dibujo? Uno de los motivos acerca de esa cuestión se llama Instituto Mediterránea, mi antiguo instituto. Un lugar en el que entré con doce años recién cumpliditos y del cual pensé que jamás saldría cuerda. Creo que acerté al creer eso. Pero bueno, no viene a cuento. Me gustaba ese instituto, me gustaba la gente, me gustaban mis colegas. Bueno, tal vez ya ni siquiera pueda llamarlos así. La verdad, es que solo mantengo contacto con tres de ellos desde que me largué hace ya un año. Mis otros amigos (vale, vale, amigas principalmente) no se han interesado por mí, ni siquiera el día que tuve la decencia de ir a verles y que recordasen que yo había estado allí. Malditos bastardos. Eh! Ahí va el nombre de una de mis películas favoritas. Tarantino, te quiero.
Otro de los motivos por los que esta no tan querida estudiante se fue, se llamaba: Bachillerato Artístico. Mi instituto no hacía esa modalidad, (Sí, nos marginan) y tuve que largarme a un instituto tres pueblos más allá. Me gusta mi nuevo instituto, aunque no vaya a pasar allí más de dos años. No puedo permitirme repetir, algún día os explicaré el por qué. Lo anoto junto a la explicación de mi nombre "artístico". Suena guay, eh! Nombre artístico. La verdad es que suena patético, pero no importa. A nadie le importa lo que yo opine. En cambio lo que opine Lady GaGa sobre Amy Winehouse parece importarle a todo el mundo, hasta al perro de mi vecino. Un nuevo dato que podéis apuntar; no tengo mascotas. Ni perros, ni gatos, ni pájaros, ni iguanas, ni hamsters... ni siquiera una maldita planta carnívora.