viernes, 19 de agosto de 2011

Vodka N' Roll

Saludos pequeños miserables!

Me encanta Juliette Lewis, tanto como actriz como estrella del rock. Una chica que vale para todo en realidad. Y más la quiero cuando tiene el honor de trabajar con el gran Tarantino y el perfecto Rodríguez. Sí, reconozco que son mis directores favoritos además de Eli Roth y Tim Burton y que me encanta ver películas suyas, sobre todo cuando hacen alguna aparición de menos de diez minutos, como en Planet Terror, Malditos Bastardos, Pulp Fiction o Death Proof.

Pero lo que hace especial a la gran Juliette Lewis es que, además de ser espectacularmente preciosa, es capaz incluso de parecer una cría cuando ya tiene más de veinte años. No me diréis que en Abierto hasta el amanecer la chica no parece tener ni diecisiete años! En definitiva, es fantástica. Y encima aparece en el GTA haciendo de comentarista de radio y debo decir que lo hace estupenda y divinamente a la vez que sale en el video clip de HIM o colabora con The Prodigy. Juliette puede hacer lo que sea cuando sea.

Aunque cuando pienso en ello soy consciente de que son artistas y la mayoría de los artistas, al menos los que valen la pena, pueden hacer lo que sea. Otro claro ejemplo lo encuentro en Nicole Kidman. Para mí, la mejor actriz del mundo, antigua, actual y futuramente. Es perfectamente capaz de hacer lo que quiera, cualquier papel lo borda. Pero si tengo que elegirla, es especialmente perfecta en las películas en las que ella descubre cosas y tiene que enfrentarse a ellas sola. Mi película favorita de la Kidman tal vez no sea la más conocida, a lo mejor ni siquiera la conocéis, pero a mí me parece genial. "Las mujeres perfectas". Supongo que el argumento de la película también es brillante. Porque todo lo que haga esa mujer, aunque sea actuar en la función del colegio haciendo de árbol, lo hace perfecto. Porque ella es... Nicole Kidman.

Si tuviera que escoger a mi actor favorito, supongo que la cosa me cuesta bastante más. Porque a mí me gusta el trabajo del actor en sus primeras películas. Es decir, entiendo que a medida que van rodando más y más, aprenden más y más. Pero lo que hace ver cuánto vale un actor o un músico o en definitiva un artista, son sus primeros pinitos. Pensemos por ejemplo en Christoph Waltz, que debo reconocer, me tiene loquita perdía. ¿Alguien se acuerda de él antes de aparecer en Malditos Bastardos, haciendo de el imponente, loco y nazi Coronel de las SS Hans Landa? Yo creo que no. ¿Alguien valora el maravilloso trabajo que hizo Waltz en Catherine the Great? ¿Alguien valora al gran Waltz haciendo de patético Louis en Falling Rocks? Vale, reconozco que no es una gran película, y el final es una auténtica basura, pero... ¿No es en esa clase de basura-pelis en las que se ve si ése actor valdrá la pena?
Y ahí lo tenemos, ganador de un Óscar y haciendo de co-protagonista en Agua para Elefantes. ¿Agua para elefantes? Bah, seguro que casi nadie se ha dado cuenta. Estabais todos demasiado ensimismados mirando al mocoso, casposo e invertebrado Robert Pattinson que no tiene más mérito que hacer de vampiro escuálido con sentimientos de Heidi. ¿Dónde queda los sexys vampiros Pitt y Cruise? ¿Y el magnífico y pobrecito mío Quentin en Abierto hasta el amanecer? Porque mi Tarantino puede hacer lo que sea, ¿Entendido? Lo que sea.

Dicho esto respondo a la pregunta de mi actor favorito: 'Til Schweiger. ¿Quien? No voy a deciros nada más de él. Si acaso os interesa, buscadlo en Google.

Hasta otro día, pequeños miserables!

Live Long and Prospere!


Canción del día: Respect de la gran Aretha Franklin.

Bye-Bee!

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