Saludos pequeños miserables!
Volver a ver a un ser querido después de tres meses hablando nada más que por Facebook y alguna que otra videollamada de vez en cuando, es algo genial. Aunque no hayamos podido pasar mucho rato hablando ni contándonos nada, ha sido agradable ir al aeropuerto a recogerla. Koala, te quiero y mucho.
Sentimentalismos aparte. Hoy voy a hacer algo que nunca creí que haría, o al menos no sin un par de litros de Nestea recorriendo mis venas como si se tratase de un circuito Nascar en pleno campeonato. Voy a explicaros el por qué de mi amor hacia Green Day. En una de mis primeras entradas confesé, aunque solo di un pequeño adelanto, el motivo principal; un chico. En fin, que las chicas somos muy pavas a según qué edades o más bien a todas, solo que lo vamos disimulando con los años. No diré el nombre del chaval, porque ni siquiera se merece que lo mente después de 4 años imaginándome como sería mi vida con él al lado como esposo. La verdad, es que una chica con un poco de gusto lo hubiera visto más como un hermano pequeño al que llamaría "Mocoso", que como a un amor hormonal. La primera vez que lo vi, fue cuando nos pusieron en la misma clase y dijeron su nombre. Me quedé como una estatua de sal con los ojos clavados en aquel niñato con dientes algo sobre salidos.
Y ahí comenzó la historia de amor de la chica patética de doce años que hacía lo que fuese porque el niño al que llamaremos Eladio, se fijase en ella aunque solo fuera para decir: "Oh! Qué chulas tus bambas!" o tal vez "Vaya! ¿Te gusta Snoop Dogg?". Llegué a comprar un cd de Snoop Dogg solo para enseñárselo y que me dijera "Ualaaa!". La verdad, es que ahora que lo pienso no sé lo que pretendía. ¿Una propuesta de matrimonio por enseñarle el nuevo cd que me había comprado? Pobre de mí y de mi ignorancia en temas amorosos. La vida no es como en los animes shojo que veo... cada vez lo tengo más y más claro. Y ahora, por su culpa, odio a Snoop Dogg.
Total, seguiré contando. Una de las clases en las que Eladio y yo más charlábamos era en clase de música. Una profe enrollada, amante de Alan Parson y George Michael.con la que tenía un buen rollo impresionante. Yo era (y soy) muy ochentera en cuanto a lo que asuntos musicales se refiere y por lo tanto congeniábamos y siempre terminaba haciendo algo que yo quería. Total, la super profe a la que hoy en día sigo alabando, propuso hacer un karaoke. Cuando nos enteramos, todos nos quedamos más blancos que la leche. Y cuando llegó el día de cantar, la leche incluso de cortó. Bueno, la verdad es que a mí siempre me ha gustado llamar la atención para qué negarlo (no hay más que verme vestida un lunes a las siete de la mañana) pero aquel día me preparé la voz como si mi vida dependiera de ello. Canté Girl de las Destiny's Child y la canté genial. La gente incluso decía que tenía la misma voz que Beyoncé. A lo mejor soy su nueva doble como el Shakiro ese. Total, que la canción me salió genial, todos me aplaudieron y yo me sentía como la única lata de sardinas en escabeche del mundo; única e inigualable. Lo mejor llegó después, cuando terminó la clase y Eladio se me acercó. Aun recuerdo la conversación, grabada a fuego lento en mi cerebro.
-¿Te gusta Green Day?
-¿Qué?
-¿Que si te gusta Green Day?
Yo, intentando disimular mi ignorancia intenté parecer convincente. A ver, los conocía pero de ver los videoclips en el Flaix TV esperando que echaran a Sakura mientras merendaba. Digamos que no iba más allá de American Idiot y Holiday. Bueno, regresemos a la conversación.
-Eh, claro, claro. Son buenos.
-Si que lo son. ¿Te gustaría cantar una canción conmigo de ellos en el karaoke de la semana que viene?
En aquel momento, la feria de verano de mi cutre-pueblo, se produjo en mi estomago. Fuego artificiales, algodón de azúcar y manzanas de caramelo se mezclaron con el tiovivo del año de la Kika y con la montaña rusa de los sesenta. ¿Eladio y yo cantar una canción juntos? ¿Eladio y yo? ¡¿ELADIO Y YO?! No sabía ni lo que sentía. Sólo tenía claro que si me hubiesen pinchado, en aquel momento no me hubiese salido ni una gota de sangre.
-Sí claro que me gustaría cantar una canción de Green Day contigo, Eladio.
-¡Genial! ¿Conoces Basket Case?
-¿Cómo?
-Sí hombre. Basket Case. Es la más conocida.
¡Niño que estás hablando! ¿La más conocida? Por favor, si la canción era del 94. Yo me esperaba que me dijese Wake Me Up When September Ends o Boulevard Of Broken Dreams no la maldita Basket Case! Ahora me arrepiento de aquellos pensamientos, ahora que soy fan claro.
-Eh... sí, claro. Claro que la conozco.
-Entonces ensaya en casa que la semana que viene seremos el dúo Green Day.
Y allí me dejó, más tiesa que la pata de un canario después de un ataque al corazón. Cuando llegué a casa, lo primero que hice fue meterme en el ordenador y buscar la dichosa canción. La escuché una vez y a la segunda, letra en mano (porque encima me gasté la tinta de la impresora en eso) me puse a aprendérmela. Tres cuartos de hora más tarde, me sabía la canción de pe a pa e incluso me sabía los riffs de guitarra y los tempos del maldito bajo. Y la semana siguiente, digna de felicidad, llegué a la clase de música. Eladio se me acercó y yo pensé en lo conjuntado que le quedaría el smoking negro con mi vestido de novia.
-¿Lo has traído?
-¿Traer el qué?
-Pues el cd. Pensé que ibas a traerlo tú.
Me mató por dentro y luego prendió fuego como a un vulgar establo. ¿Por qué narices tenía que traer yo el cd si él había sido que el me lo había pedido?
-Bueno, pues tráelo mañana y le decimos a la profe que nos deje ¿Vale?
Así que aquella misma tarde me fui corriendo al Discos Castelló de mi pueblo y compré el dichoso cd de Dookie. Y deseando que llegase en día siguiente, me dormí en un profundo sueño.
Nunca cantamos la canción. La mañana siguiente la profe dijo que ya llevábamos demasiadas clases con el rollo del karaoke y que debíamos dejarlo para otra ocasión. Y allí me quedé yo, con el cd en la mano y luchando por no derramar una lágrimita de tristeza y resignación.
Desterré el cd y me dediqué a escuchar rap depresivo el resto del curso. Si, por aquella época yo era de rap. Y ahora donde me veis, no pasa un solo día sin que escuche un poco de buen rock and roll o más bien algo de Trash metal para cargar pilas. En verano, saqué el cd de la estantería dónde lo condené a permanecer en cautividad por un tiempo indefinido. Abrí el pequeño álbum y miré la foto de los chicos. Debajo del rubio con un piercing en la nariz ponía: Billie Joe. Y con la ayuda de Google Imágenes, me enamoré. Ahora que me fijaba ¡Qué guapo era! Y ahí comenzó la "Obsesión Verde". Hace un tiempo deduje el por qué de mi obsesión: Billie Joe se parece a Eladio.
Pero como ese es un tema de debate y discusión cada vez que lo mento, no os voy a dar la oportunidad de arruinarme la confesión de hoy. Buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhfffuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh!!! Si hasta me siento bien y todo después de desahogarme.
Gracias por aguantar el sermón de hoy, pequeños miserables!
Live Long and Prospere!
Canción del día: Basket Case de Green Day. (Por rizar un poco más el rizo)
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