jueves, 11 de agosto de 2011

Shhhht!!!

Saludos pequeños miserables!

Caminaba tranquilamente esta mañana por las calles de mi querida y maldita ciudad pensando sobre lo que podría hablar hoy. Como podéis deducir, mi vida no es cada día una aventura exorbitantemente impresionante. No tengo que luchar cada día contra dragones y cíclopes resfriados ni tengo que convivir con el hecho de decidir si esta será la última calada de mi vida. ¿Y sabéis por qué? Sencillamente porque no fumo. Agarrad vuestra libreta de y apuntadlo, no sea que un día me encontréis por la calle y me pidáis fuego, pues no os lo podré dar. Bueno, ni poder ni nada, tampoco querría. Y no me voy a poner en plan pesado diciéndoos que el tabaco es malo, que mata, que te hace daño en los pulmones y todo eso que ya veis en los paquetes y en la tele. No, yo no soy ninguna campaña informativa  a la que el gobierno vaya a pagar por mis servicios. Y como no lo soy, no digo nada. Eso sí, si no fumáis, no penséis en comenzar ahora. No quiero ser el aliciente, eso sería una atrocidad ¿no creéis?

He estado pensando (porque a veces pienso) y he decidido publicar una mini historia que escribí para el concurso del instituto. Y no, no gané. Posiblemente porque la historia vale menos que nada y les pareció algo abominable. De todos modos, si os apetece leerla, estaré encantada con vuestras opiniones, críticas, rechazos o, quien sabe, admiraciones hacia mi persona. Sobre el argumento prefiero no adelantar nada, por si luego vais a cogerle asco pena, tanto a mí como a mi humilde blog. Solo diré que nunca estamos contentos con lo que tenemos hasta que lo perdemos, por un incendio, una inundación o por una no muerte. Ale, ahí lo dejo.

Volviendo a lo que nos concernía hace dos párrafos, caminaba pensando en lo que podría hablar cuando me he cruzado con una mujer vestida "para matar". La verdad es que la tía tenía estilo y no le quedaba nada mal aquel conjunto de falda de tubo con estampado de leopardo, bolso de leopardo, zapatos de gogó de discoteca de leopardo y carrito de la compra de leopardo. Sí señor, tiene valor de ir así por las calles de mi ciudad y no morir acribillada por gente superficial que se pone Converse cuando su tropa se los pone o lleva chaquetas de Vespa cuando sus super amiguitos las llevan. Mujer leopardo si por casualidad me lees un día, que sepas que te admiro. Jamás iría como tu, pero molas. Bueno, yo no es que sea la mujer más modesta del mundo a la hora de vestir. Reconozco que me gusta llamar la atención y me gusta que la gente me mire cuando paso por su lado y se aparten pensando que les voy a pegar mi especial sentido de la moda. O a lo mejor piensan que soy peligrosa por llevar un lazo rojo y con lunares blancos en el pelo al estilo Minnie Mouse. O por llevar unas gafas a lo Buddy Holly en plan gafa pasta gigante. Sí, con eso ya dejo claro que solo soy calaña ¿verdad? En fin, que me mola ir con cosas originales, cosas que la gente ve en la tienda y piensan que quien se lo compre está mal de la azotea o necesita ayuda psicológica urgentemente. Creo que no es malo querer vestirte con originalidad, no ser como los demás. No llevar el pelo a lo Vicky Beckham porque ahora lo lleve así la Beckham. No llevar el crucifijo en el cuello o la pulserita de las vírgenes y que luego me digas que eres ateo. Me gusta ser yo misma, y creo que mi manera más fácil de reflejarlo es con la ropa.

Así que me despido con un pensamiento para todos aquellos que opinan lo que el 99'99% de la sociedad opina sobre ir con tu propio estilo: pedir un poco de personalidad para Navidad.

Bueno, después de todo creo que he terminado hablando de algo ¿no?

Hasta mañana pequeños miserables!

Live Long and Prospere!

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