domingo, 14 de agosto de 2011

By the Way

Saludos pequeños miserables!

Esta tarde he recordado un acontecimiento que nos sucedió hace unos meses al salir de clase a mis colegas y compañeras de fatiga y a mí. Íbamos dirección a la estación de tren cuando un tío se tiró por el balcón de un primero. La verdad es que al principio nos quedamos alucinando y estuvimos en estado de shock mientras la madre y la hermana del "proyecto de kamikaze" lo maldecían, chillaban y lo volvían a maldecir. Y es que si lo piensas fríamente, el tío era un patético integral, porque lo mejor viene ahora. Después de tirarse por el super edificio más alto de la Torre Eiffel y el Big Ben juntos ¡vuelve a entrar en su casa!

Está claro que si el colega buscaba el suicidio rápido, lo iba a encontrar ahora. No por su salto a la reja el monteño, si no por lo que le esperaría al llegar a casa con su querida e histérica madre y la chillona repelente y muerta de miedo de su hermana. Que la fuerza te acompañe hijo mío, hasta el fin de tus días en el primer piso de la casa de tu madre.

Y es que si me pongo a pensar, yo no sabría que hacer en una situación como esa. Si caminara por la calle y me encontrase a un hombre que intenta tirarse y acabar con su vida ¿qué haría? Bueno, hay algo que sí tengo claro: Me aseguraría primero de la altura a la que quiere tirarse. Si intentase tirarse desde un cuarto o un quinto o más bien desde un entresuelo o un primero sin ascensor. Porque si intentase esto último, no me esforzaría en subir, pues tengo claro que el tío no quiere morirse, más bien romperse una pierna o torcerse la muñeca para que el seguro se lo pague por daños morales o todos esos rollos que salen en "De Buena Ley".

En el caso de que intentase lanzarse desde un quinto y estuviera en mi mano evitarlo, supongo que subiría. Pero por el ascensor, claro! Ni loca me trago 150 escalones por un cobarde que quiere llamar la atención de su mujer, o porque le han despedido del tugurio de mala muerte donde trabajaba. Lo que no sé es lo que haría cuando me encontrase allí, a su lado. Siempre que veo películas, me doy cuenta de que el que sube también sale fuera. Supongo que es una buena técnica psicológica empleada por científicos americanos al estilo Sheldon Cooper en segunda fase de aprendizaje. ¿Y después? Supongo que seguiría mi instinto. Todo eso es cosa del directo y es inesperado, muy inesperado. A lo mejor estornudo y soy yo la que cae al vacío, rogando por escasos segundos que hayan llegado los bomberos y esté la colchoneta esa aguardando a mi caída. Y a lo mejor, con un poco de suerte, el suicida se caga de miedo y regresa adentro, teniendo claro que estaba jugando con su propia vida. Y yo sería una heroína y sería declarada "Orgullo de la Nación", "Patrimonio de la Humanidad" y me llamaría Sálvame Deluxe para hacer una entrevista con Kiko Hernández y el Matamoros. La verdad es que eso jamás sucederá, pero no ha estado mal fantasear por unos minutos ¿No? Mientras no me llame Interviú...

Bueno, la verdad es que ha sido un día de reflexiones interesantes, pero precisamente por eso, porque son reflexiones y no realidades, voy a dejarlas a un lado hasta dentro de otros tres meses en los que volveré a pensar en lo mismo aunque con algunos cambios incorporados, y voy a centrarme en el nuevo anime que estoy viendo: Yamato Nadeshiko Sichi Henge.

Gracias por soportar este monólogo improvisado de hoy, pequeños miserables! Os voy cogiendo cariño.

Live Long and Prospere!

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